viernes, 27 de diciembre de 2013

"Orgullo español"...

Como si de una broma de mal gusto se tratase, leía hace unos días, atónita, la nueva reforma que quiere introducir nuestro querido Gobierno en España. Lo califico como "reforma", porque tengo que hacerlo de alguna manera, pero se me ocurren sinónimos más adecuados para hablar de este completo retroceso, que nos van a imponer a cojones, como están haciendo desde que entraron en el poder. Me parece humillante, indignante y atroz lo que está sucediendo en nuestro país. No sólo estamos en un punto geográfico en el que nos rodea la codicia, la avaricia y nos domina la ambición, sino que además, la clase politíca ( de toda ideología posible) se ríe en nuestra cara, nos manipula, nos engaña  y nos roba. Así están las cosas.

No somos más que papelitos que eligen a los hipócritas que tienen que dar, supuestamente, la cara por el pueblo. Ahí es la única vez en la que importamos algo como ciudadanos. Se acabó. Nunca más. Y a partir de ese momento, pasamos a ser lo que somos, un peldaño para trepar y un bolsillo para sacar pasta fácil y así tapar los agujeros que van dejando los que tienen el poder. Eso somos y seremos siempre.

Pero bueno, estoy aquí para comentar la reforma en la ley del aborto, ya que me parece una aberración hacia la mujer. Como soy mujer, comprendo perfectamente que abortar no es cualquier cosa; entiendo que es la forma de negar la vida a un nuevo ser, y por tanto, creo que era necesaria una regulación en cuanto al aborto. Una regulación, señores, no esto. 

Dicen que muchas mujeres acuden a abortar no una, sino en varias y repetidas ocasiones. Si analizamos ese acto, todos estaremos de acuerdo en que es una barbaridad que haya personas que recurran al aborto como método anticonceptivo. Hasta ahí bien, pero lo realmente sobrecogedor es que esa supuesta reforma cohiba totalmente la libertad de la mujer, y en esta caso, la madre. 

Partiendo de la base de que todos somos humanos y los métodos anticonceptivos fallan, cualquier mujer puede llegar a tener un embarazo no deseado. Y si no es deseado, ni económicamente se ve preparada para dar a luz a un hijo, ¿quién coño es el PP para obligar a una madre a seguir con ese embarazo?;incluso si el feto presenta alguna malformación, no queda otra alternativa, a no ser que se corran riesgos para la salud. O que hayas sido violada, que menos mal, que en el caso de violación, han tenido la gentileza de permitir abortar, porque ya lo que faltaba es que la madre tuviera que recordar la cara del agresor durante toda la vida. 

Y me pregunto qué potestad y derecho tienen ellos a decidir por la mujer, porque hay miembros del mismo partido que han mostrado su negativa ante cualquier tipo de imposición , que no consideraran correcta. Me estoy refiriendo, por ejemplo, al señor Aznar, cuando acudió a un acto de promoción del vino y comentó ante las cámaras tan alegremente, que ni la DGT ni nadie, le decía a él las copas de vino que tenía o no tenía que tomar al volante. 

Parece una inocentada, pero no lo es. El ex presidente de España soltó esa perlita por la boca, sin tener en cuenta, que si bebes al volante y provocas un accidente, tu también estás terminando con una vida. Pero bueno, eso parece ser una gracia sin importancia.

Sin embargo, ahora se decide que la mujer en España tiene que dar un salto de mil años atrás y punto en boca. Si no hay trabajo, ni dinero, si hay recortes en los sueldos, si ni siquiera hay sueldos, ni ayudas, ni becas, ni nada...no importa, porque si tienes la mala suerte de quedarte embarazada sin desearlo o sin poder dar una buena vida al futuro hijo, tienes que apechugar, porque ahora resulta que ellos van a criar al niño, no tú. 

Total, esto no le va a preocupar a un político, porque si esto ocurre en la familia de un susodicho, pues se va uno fuera de España con el dinerito y aborta allí, como antiguamente, y tan panchos todos.

Y quiero declararme completamente apolítica. No creo en nuestros políticos, ni me caso con ninguna ideología, ya estoy suficientemente decepcionada como para regalar mi confianza en forma de voto. Es más, creo que la mayoría de políticos que conocemos, vienen de la misma escuela...pero parece que no nos damos cuenta de que nos están privando de todo: derechos, libertades y principios. Han pisoteado lo poquito que teníamos y ahora quieren teñir nuestra sociedad de blanco y negro.

Y lo más surrealista de todo es que aún haya gente que se sienta representada por la política que tenemos, y siga defendiendo que son de izquierdas o de derechas.

Ver para creer, españolitos...

martes, 24 de diciembre de 2013

Simplemente navidad...


No se si será verdad ese viejo tópico, que viene a decirnos que la navidad es mágica, que todo puede pasar o que nos convierte en mejores personas. Estaba pensando que, su llegada es una cita obligatoria con el pasado, y el pasado siempre duele. No digo que sea un dolor trágico, pero si es intenso.

Lo que tiene Diciembre es que abre las puertas a lo nuevo, pero también a lo anterior. No existe una navidad sin recuerdos, sin ausencias, sin alegrías y sin melancolía. Cada una es diferente, pero siempre lleva los mismos ingredientes. Y claro, no todos saben afrontarla del mismo modo. Hay quien ni siquiera la celebra, porque es más fácil cerrar ese famoso baúl de los recuerdos, que tanto nos ha mencionado Karina; pero aún así, no podemos negar que es una época que se hace notar, y resulta misión imposible no caer rendido a sus pies.

No se si es mágica, o es un fruto de la sugestión, pero algo debe tener, porque son fechas de encuentros, de reflexión, de nuevos propósitos y armonía. Para muchos es la excusa perfecta que nunca encontramos; ese nuevo comienzo que anhelábamos o ese paso firme que nos retenía, pero que tarde o temprano íbamos a dar.

Como imaginaréis, los que conocéis mi forma de escribir, a mi me encanta, y esto es porque me incita a reflexionar, a dar vueltas a aquello que me preocupa, a pensar que me queda un año entero por delante y porque me gusta contagiarme de todo lo bueno.

Estéis en la situación que estéis, no olvidéis que cualquier día, puede ser navidad, pero si queréis hacerla inolvidable...es el momento para dar el brazo a torcer, para cerrar un capítulo pesado de vuestras vidas, para demostrar aquello que nos callamos, para tener detalles con las personas que nos quieren, y para brindar por nuestros deseos, porque en cada nuevo brindis, ya están empezando a cumplirse....FELIZ NAVIDAD A TODOS, y espero que encontréis esa excusa perfecta.

martes, 17 de diciembre de 2013

Una nueva luz que se enciende...

Hoy, día 16 de diciembre, ha venido al mundo un nuevo bebé; un muñeco, con una mamá que aprecio mucho. Muchísimas felicidades. Es una alegría cada vez que empieza una nueva vida y con ella, una nueva esperanza y muchas ilusiones. Ahora que estamos en navidad, sus padres pensarán que éste es su mejor regalo, y sin duda, tendrán razón.

Yo, en cambio, estaba pensando que me encantaría poder hacerle un regalo especial al recién nacido. Querría decirle que viene a un mundo maravilloso, en el que, al principio, podrá caminar acompañado, y en el que todo le resultará fácil, agradable y divertido.

Después, tendrá que soltar esa base que lo va a sostener durante años, para probar suerte por si mismo, y así llegará a conocer el éxtasis que esconde la vida, con sus momentos buenos y malos. Si pudiera entenderme, ahora que es tan pequeño, y carece de preocupaciones, le diría que sea siempre él mismo. Que escuche a su instinto, que no se deje llevar por el qué dirán, que sea agradecido y valore aquello que tiene, y por supuesto, que no de cabida en su mundo a los obstáculos o barreras que frenan nuestras metas.

También le diría que observe a su alrededor, que aprenda de aquello bueno y desprecie lo malo, que viva en un sueño contínuo, del que nunca despierte, y si lo hace, que sea para cumplirlo, y en definitiva, para ser más feliz.

Esperemos que cuando Javier tenga uso de razón, se encuentre con un país mejor, en el que pueda encontrar ese futuro que muchos españoles siguen buscando, con una justicia que muchos no hemos conocido hasta la fecha, y con esa humanidad que solemos derrochar cuando llega navidad. Ojalá que la burbuja en la que estamos inmersos, haya explotado, que la corrupción haya pasado a la historia y la igualdad se haya convertido, por fin, en un valor que logre mover el mundo. Bienvenido a la tierra, querido príncipe...

Basta de tanta basura

Harta de vivir en un país donde encontramos cientos de estafadores por metro cuadrado. Harta de que me llamen de entrevistas de trabajo organizada por chorizos, harta de que se engañe a la gente pidiendo dinero para la pobreza, cuyo fin no es otro más que seguir lucrando a delincuentes de alta cuna.

 Harta de que se juegue con el pan de aquellos que pasan hambre, harta de que exista escoria que vea en la crisis la oportunidad de hacerse de oro, pateando y maltratando a los trabajadores; avergonzada de que mi país sea un rebaño, empezando por mi. 

Ardo en deseos de ver cómo la vida elige para vosotros el sitio que merecéis,  panda de ladrones sin escrúpulos, que estáis repartidos por España. Ojalá todo aquello que robáis rompa vuestros indeseables sacos de avaricia. Ratas de cloaca que se aprovechan de la desesperación ajena. Que alguna fuerza superior os devuelva esos frutos podridos que habéis sembrado....

lunes, 11 de noviembre de 2013

Las dos caras del tiempo

Un color; el verde. En eso se había reducido aquella vida que recordaba con añoranza. A través de los barrotes, podía comprobar que el mundo no había parado, que el tiempo continuaba su viaje, impasible, y que el vaivén de su edad no sólo la convertía en una única víctima.

La realidad es distinta para cada uno de nosotros. Todos tenemos una propia, pero eso no significa que no puedan privarnos de ella, en algún momento puntual. Para ella todo eso había acabado. Hace mucho que perdió el sentido, la ilusión por descubrir nuevos amaneceres o la inquietud por conocer el qué pasará mañana. Y todo se remontaba a ese preciso momento, en el que perdió la libertad, la oportunidad de seguir viviendo como siempre lo había hecho.

Ahora su escenario era bien distinto. Sabía que había dos realidades, ambas separadas por una barrera de hierro, que convertían la felicidad y la soledad en dos vías distintas. Mirar por la ventana e imaginar todo aquello cuanto anhelaba, era el motor que rugía cada mañana, la inyección de energía que la mantenía en pie y su razón para seguir respirando. Atrás había quedado aquella época, en la que fue protagonista de su propia actuación, en la que hacía o deshacía a su humilde antojo. Había sido feliz, si. Ese era su resumen general; pero ahora, echaba en falta su tesoro más preciado, la juventud.

La invadía una escalofriante sensación de haber regalado todo. Su sonrisa, sus ganas, los mejores años, su corazón; y sin embargo, ahora estaba rodeada de miles de compañeros que ni siquiera recordaban cuál era su nombre o el lugar dónde habían vivido toda la vida. 

Las arrugas de sus manos le ponían los pies en la tierra. Ya no había alicientes ni vuelta al pasado. Sólo quedaban los recuerdos y la satisfacción de haber caminado con el pie derecho. 

En la otra parte del mundo, los coches, las motos, autobuses, semáforos, todo seguía como si nada. Los jóvenes paseaban a sus mascotas, otros se besaban en plena calle, discutían entre ellos, y el colorido lo envolvía todo. Los labios de las niñas, brillaban con un rojo intenso, que no era más que un estúpido y rico sinónimo de adolescencia, y las uñas iban a tono con el color de la ropa. Los chicos, por otro lado, parecían haberse preocupado más por gastar el bote de gomina, que en ir a conjunto.

En sus rostros sólo había dos marcas: inexperiencia y pureza. Lo envidiaba por completo. Ojalá ella pudiera volver al comienzo, retornar hasta ese punto de inflexión en el que uno se da cuenta que está empezando a madurar, y que se avecinan cambios en la rutina. Pero no, la suya recorría una fría habitación, que ahora compartía con una nueva amistad, recién llegada al nuevo hogar.

La televisión puesta, las ideales conversaciones sobre las pastillas que tomaban al día, el cariño de las enfermeras y su templanza para escuchar batallitas, o lo que es lo mismo, para convertirse en un motivo más para seguir activando la mente, y la esperanza de recibir una visita de algún ser querido, eran ahora sus motivaciones.

Y tras esos muros, nada había cambiado. Los figurantes seguían actuando, sin reparar en que algún día, su función terminaría tras ese mismo muro que hoy ni siquiera habían percibido. No parecía importarles qué habría detrás de esas paredes, cómo cambia la vida cuando tu relación con el exterior se limita a pasear por un jardín en el que sólo hay bancos y ansias de volver. 

- Seguro que creen que esa etapa es muy lejana, que a ellos no les tocará. Que Dios sabrá si llegan a estas edades o que ya lo afrontarán cuando les toque. Muy típico. Eso pensamos todos. Y siempre cometemos el mismo error. Correr no es la solución, porque la madurez siempre nos alcanza, y no nos deja elección posible -  pensó con melancolía.

Se acercó el vaso a los labios, y bebió de un sólo sorbo, intentando evocar el sabor del vino, ese manjar que degustaba en cada comida, que le regalaba esa dosis de intelectualidad e inocencia; que ya había consumido tantas veces. Sin embargo, no era más que agua. Cuando los años hacen mella en el individuo, la vejez se transforma en una sombra, una prenda que todos debemos tejer, como hoy hace ella, con aceptación y un buen sabor de boca.

La silueta más correcta

No nacemos perfectos. Incluso, a veces, somos demasiado imperfectos, y es por ello que necesitamos una bocanada de lecciones, de las que aprender toda la vida. Se llama educación. Tiene múltiples formas, pero siempre conserva el mismo fondo. Es invisible pero palpable, y es multiforme, dependiendo de quien la intuya. A pesar de su importancia, no todos tienen el placer de conocerla ni de personalizarla.

Hay momentos en los que confunde, y puede volver loco al más cuerdo del rebaño. Suele haber quien afirma que tenerla es algo similar a una cualidad innata, pero es mentira. Es sólo una falacia que se destruye como las piezas de un rompecabezas. No todos la poseen ni la moldean; de hecho, para muchos pasa desapercibida, como si se tratara de un detalle más, de una simple característica que no tiene valor alguno, o lo que es lo mismo, un mero hecho colateral.

No darle su importancia es matar esa esencia que todos llevamos dentro. Es una auténtica pena. Una cruz que, quienes la  llevan a cuesta, no pueden soltar jamás. Se puede imitar, pero nunca copiar. La educación es única y hay que saber dominarla, usarla, cuidarla y mimarla. No hay nada más bello que una persona educada, con modales, que sabe estar; de esas que podemos llevar a cualquier parte porque sabe adaptarse al entorno, de esas que no desentonarían ni en una cena de palacio, en tiempos pasados.

El ser educado es observador por naturaleza. Esto es una virtud que puede servir de guía en el camino del buen hacer, del patrón sin dueño. Aprender de los demás es una gozada, si sabemos cómo hacerlo, porque una vez que comienza el proceso ya no se puede volver atrás.

No existe mayor riqueza que aquella que nunca termina, esa que se extiende en el tiempo, sin entender de modas ni razas. La riqueza del aprendizaje. En ella radica la cultura y la inquietud por el saber, dos piezas fundamentales para perseguir esa buena costumbre, que siempre nos ayudará a llevar una vida plena en matices.

Qué triste es pasar de largo ante ella, no rendirse a sus pies y no engrandecerla como merece, puesto que la meta más digna que podemos hallar, es su crianza.

martes, 5 de noviembre de 2013

Tiramisú de limón

Nunca el asfalto fue tan exquisitamente cálido. Se sentó en la acera, dejando a un lado el entorno, liberando la sencillez que explosionaba en sus adentros. Sus ojos reflejaban la pesadez del pasamontañas que le tapaba la visión. Ya era hora de abrirlos bien. Nunca una conversación fue tan significativa ni esclarecedora. Sentados escucharon un canto de sirena, que nadaba entre resquicios de química. La locura no siempre llega en forma de balada, por eso el éxtasis se disfrazó de simples letras, letras de un mes de agosto, que purulaban por la calima veraniega. Sonidos de nada y melodía de todo, que decoran aquella canción, que decía eso de " que sepas que el final no empieza hoy".

jueves, 24 de octubre de 2013

Cuando algo te inquieta, te atormenta o te perturba.

Posiblemente, hoy es uno de esos días en los que me gustaría salir corriendo. Correr hasta no poder más, hasta alejarme del mundo y toparme con la nada.  No tenemos la virtud de reír en todo momento, ni tampoco deberíamos tener la de poner buena cara, si es cierto eso que dicen, de que ésta es el espejo del alma. Hay veces en las que el alma nos habla, en las que se manifiesta y nos pide un respiro. No siempre podemos  cargarla de peso, de piedras que van desgastándola, muy a nuestro pesar. Pero nunca nos enseñaron a conocer ese límite, ni tampoco a consolarla cuando más nos necesita.

Me resulta imposible lograr apaciguarla, detenerla y rodearla. Quiero hacerlo, pero no puedo. El alma es grande y estable, pero no tiene consistencia para mantenerse siempre en pie. A veces también es débil, porque ya está acostumbrada a luchar diariamente con millones de sensaciones, a  las que recibe por igual y no siempre proceden del mismo sentimiento.

¿De qué sirve actuar correctamente si ella sale perjudicada?; no lo sabemos. Pensarlo me agobia, me entristece. Intento hacer buen uso de la mía y creo que ella merece mucho más de lo que da. Y la verdad es que, cada día me apena más. Ojalá supiera cómo apartarla de mi, por unas horas, y así poder liberarla de tanta montaña rusa. Hace poco leí una frase que decía " la vida es tan bonita que parece de verdad", y yo pienso que es tan injusta e incierta que parece de mentira. Parece el fruto de una mala noche, de una temible pesadilla o la salida de un angustioso laberinto, del que no sabemos escapar. Es una casualidad que depende de los ojos que la miren.

Es una contradicción sin final. Maravillosa y bella, pero a la vez, dura y dolorosa. En este caso podríamos decir que es bipolar, extremista o incluso paranoica; aunque, descubrirla es un riesgo que merecemos correr. Me gusta escribir sobre ella porque, cada vez que lo hago, descubro nuevos detalles que no había observado antes. Y por eso estoy aquí, una vez más, hablando con mi pantalla de ordenador, esperando no se el qué y sin una razón, pero su devenir ha vuelto a convertirla en protagonista de mi excéntrica rutina.

Esta noche quiero acostarme y taparme con la sábana, para sentirme protegida, segura, alejada de esa fuente problemática que vivimos con la llegada de los primeros rayos de sol. Esto me recuerda a cuando era niña y vivía en una burbuja permanente de amor y cariño, de la que creía que no tendría que salir nunca. Hubo que hacerlo. Se llama madurar, pero, hoy me siento tan harta de haber crecido, tan cansada de alimentar este sentimiento, al cual odio ,y ansiosa de calma, de tranquilidad bendita. 

Mi cuerpo y alma ,hoy, no están en sintonía. Y yo sólo quiero volver a ser feliz con un juguete, por comer huevo con patatas o meterme en la bañera con el muñeco que hacía pompas. Busco esa niña que se sentía tan plena, que vuelva y me demuestre que la luz que sigue brillando al final del túnel, aún tiene energía. Que esa pequeña aparezca aquí  y me recuerde que los malos días también terminan.

lunes, 14 de octubre de 2013

Las manos que mecen las cunas

No quiero corromperme, que nadie lo permita. El día en el que cambie mi mirada, mi forma de actuar, que alguien me de una bofetada y me devuelva al principio, al comienzo de mi trayectoria, cuando aprendí de las buenas costumbres que mamé. Que entonces me recuerden lo afortunada que he sido por nacer en una cuna donde reinaba el bien por encima de todas la cosas. 

Y es que en la observación está la clave, la distinción. Sólo hay una forma de aprender a observar, y ésta es analizar, buscar un poco más allá, retar al conformismo en una lucha indefinida, que nos agudiza la mente y enciende ese foco de luz, con el que nos deslumbramos cuando somos capaces de analizar cada detalle y conocer ese entorno que nos persigue.

Qué bonita es la integridad, la esperanza, el esfuerzo y la humildad. Parece complicado trabajar estas características, pero nunca es imposible. Merece la pena intentarlo, rozarlo, palparlo. Teniendo eso, el ser humano es rico, dueño de un tesoro incalculable, que no se puede gastar ni agotar. No hay mayor fortuna que esa que se hereda, pero nunca caduca, ni se consume. La mejor de todas es la que se fomenta, la que va creciendo y haciéndose notar.

La pobreza del alma se refleja en cada paso del ser humano, en cada palabra mal dicha, en cada pisotón dado con ansias de trepar sobre el vecino para llegar antes al podio. A mi eso me repugna. Dicen que llega un momento en la vida, en el que todo puede mezclarse, cuando la tortilla da la vuelta y podemos ser víctimas de la falta de escrúpulos, del orgullo que domina a todo aquel que no ha tenido la oportunidad de gozar de la victoria, cuando es conseguida con sudor y con ahínco, de lograr un resultado sin ayuda de una mano pudiente o de transitar por la vida, envuelto en una nube de rencor y ambición.

Quiero seguir disfrutando de lo que es mío, de cuidar aquello que me pertenece, lo poco o mucho que consiga, pero recordando cuál es mi origen, y estando agradecida por lo que éste ha supuesto en mis acciones, en mi modo desenfadado de vivir, siguiendo esas piedrecitas que me guían y que son lo único que me importa.  Aspiro a tener una meta clara, y nunca confundirme, sabiendo qué es lo que quiero, siendo consciente de lo que he aprendido y pretendo vislumbrar desde lejos cuál es el desvío que lleva mi nombre, sólo mi nombre...

jueves, 10 de octubre de 2013

"Relaxing" prohibiciones in Madrid

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/10/08/madrid/1381234120_025279.html  Aquí tenéis en enlace de la noticia que hemos conocido hace unas horas, sobre las prohibiciones que se van a llevar a cabo en la comunidad de Madrid. Si, el Ayuntamiento de la ciudad parece estar muy preocupado por limitar ciertas acciones o actitudes en la capital. Y la verdad es que si lo pienso bien, me parece una tomadura de pelo, porque no entiendo cómo es posible que sobre tiempo para pensar en implantar según qué ordenanzas. Si leemos a fondo la noticia, podemos comprobar que se van a imponer una serie de sanciones que van a oscilar desde cantidades económicas normales, hasta una cuantía disparatada, según determinadas situaciones que el PP considere inoportunas. 

Cuando se trata de castigar con una multa a aquellos que acosen a personas mayores, que utilicen a menores para pedir limosna, de los que fomenten el consumo de la prostitución en plena calle o apoyen de alguna manera, el consumo o compra-venta de drogas; me parece una cuestión razonable. Pero es que el contenido de la información va mucho más allá de lo que podemos considerar coherente, necesario, incluso lógico. Resulta que la alcaldesa de la capital ya no visita la Plaza Mayor de Madrid. Ya no toma "relaxing" cup of cafe con leche, ya que ahora no parece estar tan relajada. Y no me extraña en absoluto, porque, bajo mi humilde opinión, hay que comerse mucho la cabeza, para encontrar en el hecho de sacudir una alfombrilla del coche, lavar o reparar un coche, tomar el sol en un banco o regar las plantas, un motivo de multa. 

Cuando he leído esto, no podía dar crédito. Me he preguntado a mi misma si no me había equivocado de mes y estamos en diciembre; concretamente, en el día 28. Y no,atónita me he quedado al recordar que no es ninguna inocentada. ¿Cómo es posible que nuestros políticos reparen en esta serie de estupideces, cuando estamos viviendo una situación de crisis total, en la que muchos se las ven y se las desean para llevarse un trozo de pan a la boca?; no me entra en la cabeza. 

¿Es una cuestión de insolidaridad, de egoísmo o simplemente de surrealismo?, la verdad es que no lo se. Intento tener una mente abierta, como persona y como periodista. Me declaro apolítica, por lo que no critico que X partido tome una u otra decisión. Pretendo ser neutra al dar mis opiniones, sin dejarme llevar por lo que piense de cada ideología, pero hay algunos detalles que me producen indignación, y que califico como atroces.

No creo que estuviera preparada para gobernar ni para ejercer un puesto importante en política, porque creo que habría decisiones que destrozarían mi conciencia, pero si juego a imaginar qué haría yo, ocupando uno de esos cargos, se me ocurren algunas ideas. Recortaría menos del bolsillo del ciudadano y más del propio, llevaría una vida sin lujos y prescindiría de cobrar sueldos desorbitados. Invertiría más dinero en educación para consolidar a las futuras generaciones de mi país, daría prioridad a la sanidad pública ( teniendo en cuenta la situación económica por la que esté pasando el pueblo); etc. Pero jamás se me habría ocurrido por mi misma sancionar a alguien que riega una maceta. Qué cosas... y qué poco original soy...

lunes, 30 de septiembre de 2013

Llueve desesperación

"Otra vez no"; eso deben pensar los padres de Marta del Castillo, cada vez que reanudan ese fatídico dolor que les recuerda que hace unos años, unos individuos decidieron poner fin a la vida de su hija. Me pongo en su lugar y miro al cielo; y pido el fin para una tortura insoportable, que pesa toneladas en el alma. Una vez más, las inclemencias meteorológicas vuelven a paralizar la esperanza; el último resquicio de tranquilidad, que necesita esta familia desde hace años. No piden demasiado, ni siquiera exigen nada, tan sólo una prueba evidente que les demuestre que esta pesadilla en la que se han visto involucrados, es real y no la consecuencia de haber pasado una mala noche. Ni en el peor de los sueños podrían haber imaginado que les tocaría vivir algo así, atroz y espeluznante; una montaña de mentiras y contradicciones que cada vez, los separan más de la persona que más quieren. 

Supongo que cuando ocurre un hecho de este calibre, el mundo se viene abajo, y el sentido de vivir, se pierde por completo. Imagino que el sentimiento ha de ser parecido a recibir puñaladas continuamente, que no cesan por mucho consuelo que se tenga. Todos hemos creado en nuestra imaginación ese momento en el que nos despertemos con la gran noticia de la aparición de los restos de Marta. Cuando llegue ese día, se acabará un calvario para su familia, una presión que tapa sus orificios e impide que inspiren oxígeno, una cruz a cuesta que pesa demasiado.

Parece una broma macabra que la búsqueda del despertar de esta agonizante pesadilla, se vea interrumpida, una vez más, por la lluvia. De nuevo hemos sabido que se suspendía, por el momento, la búsqueda con georradar de los restos de la joven.  Y cada vez que esas nubes descargan agua, algo se remueve en el interior de esos familiares que luchan día a día por poder poner punto y final a este trágico suceso. La lluvia empapa sus esperanzas, cala sus fuerzas y agota la poca energía que el sufrimiento les ha dejado. Por favor que no tarde más, ya han esperado bastante. Que llegue ese día, que mejore el tiempo y ésta sea la vez definitiva. Ya es hora de continuar, de pasar página y seguir viviendo, aunque siempre tendrán el recuerdo de Marta, de eso no cabe duda.

Ojalá la intuición no les falle y estén cada vez más cerca de hallar la verdad, de cerrar un capítulo lleno de llanto y dolor, en el que, sin querer, se han convertido en los protagonistas. Siempre se ha dicho que hay una justicia divina, y si es así, yo pido una evidencia para ellos, porque ya es hora de que la valentía y entereza que han mantenido en todos estos años, se vea premiada con un poco de justicia. Ya que en la tierra es tan difícil conseguirla...al menos que cuenten con un golpe de suerte místico.

Mientras que llega ese momento y no, seguirán siendo un ejemplo a seguir para todos, ya que si ellos no han tirado la toalla, después de tanto martirio, los demás tendremos que seguir aguantándola como podamos, hasta que pase la tormenta y escampe.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Emprendiendo el vuelo...

Hoy es un día muy importante para alguien a quien adoro, es el comienzo de una nueva etapa que cambiará su rumbo para siempre, una puerta que se abre en forma de libertad y madurez. Él aún no es consciente del todo, pero cuando estaba en casa haciendo las maletas, no sólo estaba metiendo enseres, también guardaba sus miedos, sus preocupaciones y ese agridulce sabor que todos tenemos cuando damos la bienvenida a un cambio drástico. 

Todavía no sabe que cuando cruzó el umbral de su casa, emprendió un nuevo viaje, el suyo, ese que viene a buscarnos justo cuando no lo esperamos. Cargó su equipaje de sentimientos y cerró, con un pellizco en el estómago, aquel frío maletero, que le impulsaba a alzar el vuelo. Miró a través de la ventana y poco a poco, todo fue quedando atrás. Su familia, sus amigos, su casa, los rincones de su pueblo, su infancia y adolescencia. 

Por una vez tocaba decir hasta pronto y en esta ocasión la cosa se ponía seria , puesto que la distancia ya había marcado las barreras que le recordaban que su destino ahora estaba a muchos kilómetros. A veces tomamos decisiones que conllevan una serie de responsabilidades, y en muchas ocasiones no abrimos los ojos lo suficiente, como para asimilar que cuando el azar nos elige, debemos escuchar su canto y seguir en la dirección que nos marca. 

Se que lo vamos a echar mucho de menos y que jugaré a imaginar, una y otra vez, como es su nueva vida, su nuevo hogar y el novedoso entorno que le rodea,sin embargo no puedo evitar sentir una explosión de vibraciones, y todas son positivas. Siempre que damos un paso crucial, pienso en esa vieja frase "quien no arriesga no gana"; y creo que él no arriesga nada. No hay nada que perder, no en este juego. Aquí huele a victoria, a una merecida satisfacción, pues todo lo que deja en Andalucía, seguirá estando aquí a su vuelta.

 La familia y los verdaderos amigos, tienen un lugar irremplazable, por lo que, estaremos esperándolo con los brazos abiertos. En Salamanca va a tener la oportunidad de conocerse a si mismo, crecer ( aún más) como persona y embriagarse de esa madurez que todos necesitamos para enfrentarnos a esas piedras con las que topamos y toparemos hasta que dejemos de existir.

 Le espera una dulce ficción, que solemos experimentar cuando estamos en la Universidad; un universo fugaz, que decora el cielo del estudiante, nuevos amigos, con los que crear un sinfín de anécdotas y lo más importante, muchas historias que llenarán su albúm de los recuerdos, el día de mañana. Mucha suerte con tus nuevas cartas. Espero que te diviertas en este sueño, del que algún día, te apenará despertar.Te quiere, tu prima mayor.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Cuando una piscis nada entre las aguas...

Cuando amas la vida y cada una de sus posibilidades, resulta difícil elegir el camino a seguir. Ese es mi gran defecto o quizás, mi gran virtud. Veo éxito en cada una de esas opciones que creamos con ilusión, que regamos con ahínco y que envolvemos de fantasía; una suma de elementos que nos llevan hasta ese lugar, al que queremos llegar, pero no sabemos.

A veces me pierdo entre mis ganas, confundo miles de ideas creativas con imaginación y ficción, tiño la realidad de deseo y yo me pregunto, ¿cómo ordenar tantos senderos?, ¿os resulta fácil a vosotros?...

Puede que no sea tan malo despertar y luchar por un propósito, pero, ¿qué ocurre cuando un fin se transforma en miles?, me pregunto si hay alguna fórmula secreta que nos descifre cuál es mejor que otro y el por qué. De nada me sirve engañarme, pensando que un día veré el mundo de una forma clara y concisa, pues se bien que para los peces como yo, todo es multiforme. Tal vez ese sea mi reto en la tierra, encontrar una estabilidad en la balanza, aprender a sopesar, a perder y a ganar, aunque no se si sabré hacerlo.

Admiro a esa gente que se conforma con aquella vida que les ha tocado, porque puede que ellos conozcan con mayor precisión en qué consiste la felicidad, y comprendan que ésta tiene múltiples formas de expansión, que va decorando cada circunstancia. Pero el inconformismo me puede, me consume, me agota. Tengo dudas que me oprimen y quisiera saber qué estoy buscando, pero mi ansiedad por matar los sueños y construir hechos, termina ganando esta interminable batalla.

No se si la valentía me acompañará en este viaje, pero mientras la suerte me conduce por un jardín de incertidumbre, yo seguiré diciendo a todo aquel que se cruce conmigo : "despertar de un sueño es morir en la guerra de la lucha, huir por el camino equivocado y enfrentarse a una cruda realidad, que habremos creado nosotros".


domingo, 1 de septiembre de 2013

Bienvenidos a la rutina...

Cuando desperté esta mañana, el aire ya se había teñido de una fragancia distinta. El color que brota en la alegría del verano, se iba difuminando, sin retorno. Entonces pensé que esa sensación ya la había vivido antes, que no era algo desconocido. Siempre me resulta duro convertirme en una nómada más, de tantos que habitamos la misma playa, año tras año.

 Parece mentira, pero todo cambia. La naturaleza es sabia y es ella misma la que pone un punto y seguido a nuestra aventura, al temido despertar que nos persigue y que siempre nos atrapa. Las nubes lucen más blancas que nunca y el celeste que rodea al sol, brilla con una fuerza sobrecogedora, que no puede indicar otra cosa que no sea la inminente llegada de septiembre. 

Poco a poco, mi playa se va quedando huérfana de veraneantes, pero se convierte en dueña de miles de historias que se inician ante el romper de las olas, a orillas de un atlántico que permanece intacto hasta el próximo año. Resulta curioso como de un día para otro, el reloj puede pararse para muchos, pero sin embargo, siempre encontraremos la belleza más pura, en cada uno de los rincones de Matalascañas, para mi, reina de la sencillez más cálida y hermosa, que sea palpable a nuestro sentido visual. 

Toca decir adiós al olor a sal, a esa brisa marina que nos aleja de todo contratiempo, de cualquier miedo o temor que nos pueda rondar; pero este martirio no es eterno. Me reconforta pensar que cuando vuelva, todo seguirá igual, me encontraré el mismo escenario que convierte a Doñana en un sitio emblemático, digno de una atmósfera de ensueño. Agotaré hasta el último instante en el que pueda fundirme en las huellas de la arena, esas pisadas que el mar borra a cada segundo, y en las que todos dejamos un trocito de esperanza y melancolía...

miércoles, 21 de agosto de 2013

Una generación peligrosa

No nos faltan razones para tambalearnos, para temer por los cimientos de una vida incierta, por la que muchos nos preocupamos sin saber muy bien qué nos preocupa. La burbuja que nos oprime y a la que ahora pertenecemos, no es más que un símil con careta del pasado. No desconocemos el presente que nos ha tocado vivir, pero si el futuro que espera al cruzar la esquina. Y eso nos está matando poco a poco. 

Somos una generación de jóvenes talentos, en los que predomina una seca frustración y un cúmulo de inseguridades fortuitas, que no se pueden aplacar con simple paciencia. Derrochamos nuestra energía en todo aquello que nos ofrece una continuidad, y en definitiva, una superficie para empezar a volar. Soñamos con que ocurra un milagro y podamos ser nosotros mismos, los que imaginamos hace mucho tiempo, los que ya no existen o simplemente, están perdidos en algún lugar, del que no han sabido regresar. Pero ahora no es cuestión de ganar o perder, sólo de creer. Creer en uno mismo.

 Se que es difícil respirar cuando un ente superior nos quita el oxígeno, pero no es imposible. Hay muchos entes que parecen haber venido al mundo con el objetivo de robar, robarnos la ilusión, la fuerza y la valentía; pero eso es algo innato que sólo puede pertenecer a aquel que las potencia. Y es momento de hacerlo. Que nadie os quite las ganas de avanzar, de desprenderos del miedo y de la inevitable y dulce sensación de haber cogido el camino equivocado. Es parte de la vida cometer errores, que no son más que un puente que debemos cruzar. Lo único que podemos hacer para seguir a flote es creer en nuestras virtudes, porque tenemos muchas y es hora de demostrarlo. Nada ni nadie podrá con nuestra autenticidad, puesto que somos el ancla que sostendrá este barco...

martes, 13 de agosto de 2013

Reflexión en una noche más

Pasa la vida y con el vaivén de su fuerza se lleva recuerdos, momentos, miedos, sueños... pero siempre hay cosas que no caben en su maleta, por mucho que vayamos creciendo y dejando atrás. Siempre he escuchado que todo tiene un límite, pero para mi es incierto. No existen límites ni finales cuando se trata de esa fuerza superior que nos domina, que nos transforma y se apodera de nuestra grandeza. No podemos hallar explicaciones ni respuestas, simplemente, porque a veces no existen. A este mundo venimos con unos propósitos, pero resulta curioso pensar que siempre nos marchamos sin cumplirlos o cambiándolos. Nadie nos dicta los pasos que tenemos que seguir, pero los damos, y no nos preguntamos el por qué.

Desde el nacimiento, nos vamos formando como personas, adquirimos lo correcto o lo mejor que observamos a nuestra alrededor, y lo aplicamos en práctica. A menudo queremos creer que hay cosas, detalles o sensaciones, que pasarán y envejecerán a nuestro ritmo, pero esto no es una ciencia exacta. No todo caduca, el famoso "nada es para siempre", no tiene por qué suceder como tal. ¿Quién dice cuándo hay que parar, o elige el momento para que el ángulo tome otra posición?...

Es maravilloso y frágil a la vez, simple y complejo, pensar que el mundo seguirá su rumbo mientras tenemos cosas pendientes, saber que puede que nos marchemos sin haber encajado todas las piezas del rompecabezas, o que hay que aprender a vivir con espinas que pinchan como la más bella de las rosas. Es irritante e inevitable, pero hay detalles que marcarán un antes y un después, que harán de un simple momento, algo crucial e imborrable. El tiempo nos acompaña y nunca nos abandona, hace mella en las personas pero no acaba con ellas, porque nuestras acciones no perecen y nuestra huella es distinta a todas las demás. 

Los cambios suelen generar desconfianza e inseguridad, y es sorprendente, porque aún no nos hemos dado cuenta de que estamos aquí para eso, para cambiar. El cambio es el sentido de cada historia, el principio y el final al que tanto tememos. Nada es posible sin él, y vamos madurando su crecimiento constantemente. A pesar de su llegada, no es un huracán que arrase con todo lo que encuentra a su paso, por eso siempre sabremos quiénes somos, mientras conservemos algo de lo que fuimos.

Lluvia de sueños

Anoche volví a vivir una de esas noches de verano, en las que todo se empapa de una magia especial. La lluvia de estrellas volvía a unir a muchas almas que no dudaban en convertirse en hijos del universo, dueños de la nocturnidad y esclavos de la fe. 

Tumbada en mi jardín, me entregué por completo al cielo, y por un momento, todo me parecía un decorado, al cual pertenecemos y del que, sin duda, dependemos. Con una sensación agridulce, me dejé llevar por la contemplación de esas estrellas fugaces, que pasaban a la misma velocidad a la que pasan los días de nuestro calendario. Y es entonces cuando pude vislumbrar una puerta, una barrera invisible que nos separa de lo imposible, del milagro de nuestra existencia.

 Una vez más me pregunté qué habría detrás esa inmensidad oscura, qué habría detrás de cada una de esas estrellas, a las que todos miramos atentos, desde diferentes ángulos y desde distintos lugares. Jugué a imaginar todo aquello que siempre ha despertado en mi tantas incógnitas y entonces supe que estaba perdida en un submundo de fantasía, del cual esperaba nada y todo a la vez. 

Supe que se puede creer en todo y esperar nada, pero aún así, yo pedí mis deseos. Uno por cada estrella. No espero una respuesta, ni mucho menos una reacción, pero si un motivo más para seguir creyendo que todo es igual de posible que imposible, y que siempre estamos a tiempo de cerrar la puerta que queramos abrir...

miércoles, 7 de agosto de 2013

Aunque sólo sea esta noche


No podemos nadar en un remolino. Quizás nos ahoguemos o dejemos nuestra alma nadando al son de las olas. Cuando el océano es gris, no podemos ser alumbrados por el sol, pero hay un halo que puede encender este escenario, tu luz. No quiero que me alumbres cada noche, ni que enciendas en mi una empírica satisfacción. Sólo quiero que me mires, simplemente con eso bastará. No es necesario escucharte, sólo déjame entenderte. No hay lenguaje más sincero que aquel que carece de palabras. No hay sílaba mal dicha, sino no pronunciada. No me preocupa aquello que me dices, sino aquello que callas y que descifro como el más peligroso jeroglífico. No es difícil llegar a tu universo, no lo será mientras estés despierto. Ahí podré refugiarme cuando la soledad llegue, cuando los espíritus del ayer me den un golpe en seco, y en definitiva, cuando mis pies pisen de nuevo el suelo.

Esta noche no te duermas, pues alguien tendrá que iluminar esta fantasía; si quieres descansar, hazlo sobre mis ganas de navegar entre tus pupilas, de hacerme eterna junto a tu parpadeo, de parar los relojes mientras sólo existe un triste final, el despertar de este sueño...

jueves, 1 de agosto de 2013

Un pulso por ganar

El miedo es el mayor de los fracasos que siempre nos acecha. Es algo ajeno al ser humano, que se aproxima a medida que vamos creciendo y olvidamos aquellos sueños incompletos, que están destinados a la nada, a perderse en un desconcertante limbo, en el que pululan tantos y tantos intentos. A veces es necesario nadar entre los enseres de ese baúl estancado, que flota en alguna parte, sin que seamos conscientes de ser los dueños. No es más que un trozo de nosotros que ha mutado, una metamorfosis indebida, que se ha llevado todas aquellas respuestas a tantas incógnitas. Y por alguna razón, no sabemos llegar hasta él, o creemos no saberlo.+

 Hay que ver más allá de los propósitos que buscamos, para descifrar esas señales que el miedo nos impide leer. A menudo nos pasan por delante, en forma de distintas escenas, como si fuera un film ajeno que no nos incumbe, pero no es real. Somos actores de nuestro presente y es por ello que debemos encontrar la máscara con la que queremos jugar mañana; porque sólo así podemos crear nuestra propia ficción.




martes, 23 de julio de 2013

Cinco minutos más

Deja que llene esta copa de vino, hoy más que nunca. Deja que se derrame lentamente por los bordes, mientras yo saboreo la sombra de tu mirada, porque hoy me siento perdida, porque no se si sabré encontrarte si cierro los ojos. Hoy sólo quiero disfrutar de ti, porque el tren se para en este andén y yo no quiero bajarme. No puedo dar vueltas en el mismo vagón, sin saber dónde va a efectuar la próxima parada. Puede que adueñarme de este billete me convierta en el ser más afortunado del mundo, pero a la vez, en el más desgraciado.

Puede que saboreando esta inmensa copa, pueda detener el reloj. O al menos, creerme que no lo llevo puesto. ¿Qué más da si mañana es otro día?, ¿ qué importa si esta noche es la última?, sólo quiero brindar contigo por unas horas mágicas, un regalo que se eternizará en mis retinas, que quedará grabado en lo más hondo de mi ser; ese lugar tenebroso en el que nadie nunca ha estado, un camino desbocado a la incomprensión y una puerta entreabierta al mayor de los pecados; tú, siempre tú.

No quiero una explicación, ni siquiera una promesa, sólo cinco minutos más, en los que pueda fotografiar este recuerdo, una falsa imagen estancada que caduca en cuanto mire el billete, un simple papel sin retorno, que sólo lleva a un claro destino, el real.  Deja que despierte poco a poco, mientras me alejo de este burdo universo de placer.


Dulce inquietud

La respuesta más acertada es aquella que no buscamos. El ser humano no es curioso por casualidad. Desde que tenemos la mente lúcida comenzamos a querer indagar en la nada, a hacer conjeturas inexistentes sobre nuestro fiel cometido en la tierra; vivir. Ya el refrán decía algo parecido: "la curiosidad mató al gato"; pero nadie nos dijo que los felinos fuéramos nosotros. El paso del tiempo nos contesta a cada una de nuestras preguntas y no hay que hacer grandes esfuerzos para leerlas. Hay quien sería capaz de todo por ampliar su trayectoria terrenal, pero pierden el tiempo. No hay nada mejor que un cuaderno repleto de páginas , completamente vacías, en las que podemos trazar diversas líneas. Todos tenemos ese cuaderno en blanco que va llenándose de letras, pero la nitidez no perdura eternamente.. En el mío hay una frase imborrable que dice: " la riqueza más ansiada es aquella que nos da el silencio del mañana"

martes, 16 de julio de 2013

Sobrevivir; el debate del alma

En mi blog personal podéis encontrar de todo. Para escribir sobre un tema, sólo necesito sentir algo especial, que llame mi atención y me haga reflexionar. Creo que todo lo que vemos, nos enseña algo nuevo, pero a veces no nos paramos a averiguarlo. Por eso me  gustaría dedicar un hueco a todos esos padres que han sido víctimas de la mayor evidencia que prueba que estamos vivos, el dolor. Aquellos que han sido capturados por una red de sentimientos que luchan por salir al exterior, por ser liberados, pero se han convertido, sin quererlo, en el mayor de los rehenes. En ellos tenemos un ejemplo de existencia que debemos tomar como punto de partida para afrontar situaciones que no sepamos manejar.

A veces la vida nos depara crueles sorpresas que jamás se nos habrían pasado por la imaginación. Y es entonces, cuando no entendemos nada. Supongo que siempre se formula la misma pregunta: ¿por qué a mi?; son respuestas que no podemos hallar y que siempre quedarán en blanco. Justo cuando las cosas parecen encajar, cuando un sueño parece tomar forma, todo se desvanece, como lo haría un castillo de arena cuando es tragado por el mar.

Por mucho que creamos identificarnos con estas personas, nunca podremos mirar la vida con los mismos ojos, pues nos faltarán sus prismáticos para poder entender el devenir diario .Todos conocemos casos de niños desaparecidos, en España y otros países. El ser humano es tan débil, que ya se ha acostumbrado a aceptar con resignación estos horrores y a lamentarse por las familias que padecen esta pesadilla. Pero nunca se plantea cómo se puede sobrevivir ante una catarsis como ésta.

Se me ocurren muchas formas de calificar a esos padres, que a pesar de haberse convertido en lo que nadie quiere convertirse, siguen encontrando un motivo por el que sonreír y una nueva esperanza con cada amanecer. Debe ser muy difícil buscar un halo de energía positiva cuando el tiempo va pasando y la vida parece haberse detenido en una fecha en concreto, en la que te arrebatan a lo que más quieres. Pero todo es una falacia, porque lo cierto es que ahí fuera nada ha cambiado, y no hay ni rastro de lo que anhelas, de lo que recuerdas y sientes tan vivo como el primer día.

Cada vez que les veo me invaden miles de interrogaciones, que ni ellos sabrían contestar. El amor que tienen por sus seres queridos les da la fuerza, el empuje diario, para creer que algún día podrán recuperar la normalidad de sus anteriores vidas, para confiar en una tímida justicia, que en muchos casos nunca llegará o para seguir manteniendo ese último recuerdo, esas dulces palabras que escucharon por última vez. Resulta admirable que un padre entregue su esencia a cambio de espera, de búsqueda e intento de  recuperación de una tranquilidad, que puede esbozar un boceto de lejana felicidad. Éste es el sendero más duro, en el que esperan encontrar el legado final, un simple por qué y una injusta razón.

¿Cómo lo hacen?, ¿son seres especiales?, ¿alguien los ha designado con una varita mágica?; eso es lo que yo cuestiono cuando por unos segundos, les veo dar una lección de entrega y cordura. Por increíble que parezca todos tenemos esa capacidad de supervivencia, pero sólo algunos saben sacarla a flote.

Resulta muy fácil identificarles. Podríamos hacerlo entre un montón de gente y no tardaríamos mucho tiempo. La mirada de alguien que ha pasado por algo parecido, no es como la del resto. En sus ojos se refleja toda la tristeza acumulada, los desengaños sufridos y el cansancio padecido. No miran a un punto fijo, puesto que su trayectoria de visión es diferente, y ésta se pierde en el horizonte, como si no estuvieran viviendo la misma realidad que cualquier otro humano. Y es cierto, porque ellos tienen un mundo paralelo, en el que pueden aferrarse a su más preciado tesoro; los recuerdos. Allí las cosas cobran una fuerza mayor, la sensibilidad está a flor de piel y todo se vive con una intensidad que triplica aquella que conocemos. Por eso suelen vagar por lo desconocido, están acostumbrados a caminar por el ayer y a conseguir piezas con las que construir un incierto, pero ansiado futuro.

Por todos ellos, por una entereza envidiable, por una agotadora lucha y el tesón con el que se enfrentan a un nuevo día, con la esperanza de que pueda ser "el día", creo que debemos aprender de cada historia personal  y buscar en los momentos más complejos, un poco de esa inyección diaria que necesitamos, cuando las cartas de la baraja no son las que diseñamos en el pasado; porque hay que llegar al muro, aunque los peldaños de la escalera estén rotos.




miércoles, 10 de julio de 2013

Con todo mi amor, para mi Pierce Brosnan

Hay momentos en los que nos quedamos en blanco y no sabemos qué decir ni por dónde empezar. Pero en este caso, este no es uno de ellos. Yo tengo muy claro qué voy a decir y por dónde voy a empezar, y lo haré por tu mirada; esa que ilumina nuestros pensamientos y aquella que ha enamorado a todo aquel que se ha perdido en la inmensidad de tu luz. Y han sido muchas personas, claro que no me extraña, puesto que eras bello por dentro y hermoso por fuera. En días como éste, todo se hace largo, duro, cruel e inexplicable; por eso necesitaba decirte algo más, hacerte llegar mi sentimiento y ésta es la forma que he encontrado de hacerlo. No me preocupa el hecho de no poder leerte estas frases en persona, puesto que se que lo harás desde un lugar mucho mejor, en el que ya estás liberado, despreocupado y feliz.

Para los que te quisimos, será muy fácil entender todo lo que estoy diciendo y por eso te escribo estas palabras, porque quiero leerlas de vez en cuando y perderme entre ellas, vagar por la mente y capturar todos esos momentos que viví a tu lado, disfrutando de ti. Para serte sincera, estuve dudando entre escribirte o no, porque temo no estar a la altura de tu persona y yo quería describirte bien, para que todo aquel que no te haya conocido, sepa quién eras, cómo eras y comprendan lo afortunados que hemos sido los que si hemos podido hacerlo.

Recuerdo que cuando era pequeña te miraba y me quedaba embobada observándote. Te veía tan guapo, siempre tan elegante, con ese pelo engominado, esos ojos azules y esa talla de galán que te caracterizaba, que no podía parar de pensar " qué interesante es mi tío". Siempre hablabas sin parar y enseñabas algo nuevo a los tuyos. Escucharte hablar era un placer, derramabas cultura y sabiduría en cada una de tus  frases, además de experimentados consejos que habías vivido en primera persona.

Mi tío era una gran persona, un padrazo, un excelente hermano, hijo, compañero sentimental, primo, tío, sobrino, suegro y amigo. Nadie en su sano juicio podría decir una sola cosa mala de él, puesto que era querido por todos, un referente en su pueblo, y en definitiva, un triunfador. Trabajó mucho desde joven, y gracias a esa naturalidad que le caracterizaba, se ganó el cariño y el respeto de su pueblo. Pero eso no le hizo cambiar, ya que su generosidad es una de esas virtudes que lo han convertido para mi en un ejemplo. Todo lo que tenía era para los demás, y  el egoísmo era algo que nunca conoció. Ya desde pequeñito aprendió a cuidar de su hermana, y la protegió en cada momento. Luego lo hizo con su madre y después con su hijo, por el que lo dio todo, al igual que por su pareja.

 Supo disfrutar cada segundo al máximo y fue plenamente feliz.  Así me lo hizo saber hace poco; "sobrina, tu tío ha sido muy feliz y se ha sentido muy querido, que es muy importante". Y llevaba razón. Yo sé que fue muy feliz, porque siempre había dibujada una sonrisa en su rostro. No importaban las circunstancias, pero él tenía el don de poner al mal tiempo buena cara, porque jamás quería preocupar a nadie, y menos a su familia. Para él, lo primero era proteger a los suyos, alejarlos de todo problema y buscar soluciones para todo, hasta para aquellas cosas que nunca la tienen.

Para que os hagáis una idea, no sólo era bonito por dentro, ya que para mi, era guapísimo por fuera. Ya hubieran querido muchos galanes del cine parecerse en algo a él. Enamoraba por donde pasaba, porque además del físico, tenía una labia con la que derretía a toda fémina que se le acercara. Supo amar y dejarse querer, porque él era, como yo le decía "mi Pierce Brosnan"...

El retrato que quiero hacerte es de un ser luchador, que consiguió todo lo que tenía a base de esfuerzo y tesón. Jamás tiraste la toalla, puesto que esa opción para ti era un insulto. Gracias a tu lucha, hemos tenido el placer de disfrutarte hasta el final, de seguir aprendiendo de ti y vaya si lo hemos hecho... sin duda, tu entereza y ganas de vivir, son la mejor lección que nos has dado. No esperábamos menos de ti...

Gracias por haber formado parte de nuestras vidas, gracias por habernos contado tus anecdóticas historias que nos hacían reír a carcajadas y por aquellas otras que nos emocionaban, y en definitiva, por haber compartido con nosotros los buenos y malos ratos. Ha sido un lujo conocerte, quererte y escucharte. Sólo espero que el día que nos encontremos de nuevo, podamos volver a tomar un pastelito juntos y que tú hables y hables, mientras yo me maraville ante ti, como hacíamos cada tarde, desde hace un tiempo. Pero ya el escenario será distinto, y tú seguro que sigues tan guapo.

Te recordaremos cada día. Yo seguiré viéndote cada vez que esté con tu mejor regalo, tu hijo; ese en el que sembraste lo mejor de tu legado y al que enseñaste a coger al toro por los cuernos, a ser un García, como siempre decías.

Me quedo corta y seguramente, esto no está a tu altura, pero es un resumen de lo que he visto siempre en ti y lo escribo con la esperanza de que te llegue mi cariño.

Te quiere, " tu sobri".




miércoles, 3 de julio de 2013

El sol que nunca llegó

Dando vueltas a un par de hielos en una copa de balón, se perdía entre sus exóticos pensamientos. Y digo exóticos porque realmente parecían irreales, lejanos, como si los hubiera vivido otra persona y en otra vida. Sentado en un cómodo sillón, se limitaba a dejar la mente en blanco y a imaginarse jugando con todo eso que alguna vez se te pasa por la cabeza, pero nunca llega.

Son muchas las preguntas que le asfixiaban y aunque sabía todas las respuestas, era más sencillo hacerlas a la nada, ese lugar al que siempre se recurre cuando la realidad nos golpea en la espalda y preferimos cerrar los ojos y hacer como que no nos hemos dado cuenta.

Todavía guardaba en cajas lo poco que le quedaba de ese ayer, un tiempo vertiginoso en el que la inmadurez y la locura, sacudían con frecuencia. Papeles, facturas, fotos que se veían borrosas y el recuerdo de esa última vez que la vio. Eso era suficiente para aguantar el tirón del tiempo, para jugar al despiste, para disfrazar una amistad de falsa sinceridad o quizás, para olvidarla.

La incertidumbre es algo que nunca llevó bien y por esa razón,  le faltó la valentía que necesitan los cobardes cuando quieren dejar de serlo. Lo mejor de todo era su sonrisa, su forma de hacer vibrar a su yo interno, ese sentido del humor que encandilaba, al ritmo de una picardía que pocas mujeres le habían demostrado. Ahora,  vagando por la nada, no le quedaba más remedio que reír. ¿Qué otra cosa podía hacer?, ya había llegado el día más triste de su vida. Aquel al que había temido desde la niñez, ese día que cambiaría su rumbo para siempre y que pondría un punto y final a una esperanza eterna.

El whisky no iba a solucionarle ninguna papeleta, pero le ayudaba. Al menos así, mezclaba el llanto con la risa, sin llamar demasiado la atención. Con el teléfono en la mano, esperaba un milagro, o mejor dicho, "su milagro". A las seis en punto, ya no habría marcha atrás. Pero aún tenía un cuarto de hora por delante. En quince minutos puede pasar de todo. El móvil estaba en silencio, ya que no quería armar una escandalera cuando ella llamara. Pero no fue así, su musa no lo hizo.

Atrás quedaba esa nula ilusión que un día mantuvo, y ésta daba paso al más intrínseco de los sentimientos; el odio. La odiaba a muerte. Por darle cuerda al reloj, por no querer continuar en ese paraíso, en el que las horas no pasan. El mismo paraíso en el que la miró a los ojos y no le dijo nada, en el que predominó ese silencio que habita en el interior de cada uno y hay que saber usar en el momento oportuno. Sin más, se bebió la copa de whisky y empezó a sentir como éste quemaba y destruía todo su dolor. Así su imaginación no estaría tan lúcida y le ayudaría a pensar en otra cosa que no fuera que estaba cometiendo el mayor error de su vida.

Con esa carga de culpa, se dirigió a casa y se acostó. No quería despertar, no sin ella. No quería hacerlo para recordar que el tren había parado en su puerta varias veces y él había decidido marchar andando. Durante esa noche, tuvo numerosas pesadillas, pero el dolor de cabeza y una seca resaca, no le dejaban recordar nada de lo soñado. De repente, todo se vio interrumpido con la alarma del móvil. 

Sin demasiadas ganas, lo cogió, y abrió un ojo para mirar la hora. Las cinco de la tarde, "buena hora para levantarse", pensó. Pero no era lo único que pudo ver en la más triste de las pantallas a las que había mirado en sus estúpidos días. Un mensaje. "Tiene un mensaje nuevo"; parpadeaba la verdosa luz de aquel infernal cacharro.

Con nervios, lo tiró al suelo. No sabía si estaba preparado para leer aquello, tampoco sabía si era ella, pero algo le decía que si. El corazón había dejado de latir y la respiración se había acelerado, empujando al sudor a recorrerle el cuerpo. Pero de nada servía no leerlo, porque sabía que terminaría haciéndolo, más temprano que tarde. Con los dedos temblorosos apretó el botón que le devolvería la felicidad. No hizo falta más, sólo una frase. Una amarga frase que decía " El silencio no siempre es la mejor respuesta. Suerte".

Y la luz se fue apagando como en una función de teatro. La iluminación fue perdiendo intensidad, como cuando se apagan las luces del árbol de navidad, como cuando se apaga una vida humana. El frío había llegado hasta él y ahora se colaba por cada rincón de su piel, matando todos sus órganos y dejando al corazón sin carga. Ya sólo le quedaba una salida,  cerrar los ojos y volver a taparse. Al fin y al cabo, ya había conocido el miedo y sabía cómo huir de él.

viernes, 14 de junio de 2013

Un titular vacío...

Y de repente corres, como si fueran a apuñalarte por la espalda, como si estuvieras huyendo de tu mayor temor, perder lo que más deseas. No tengas miedo a la maleza, piensa por un momento que nada es real,  o quizás, todo es fruto de una de esas drogas que consumes a menudo, la adicción a vivir.  Eso parece, una dulce y confusa metáfora, una sabrosa contradicción.

En este momento, pensar puede que sea tu mayor enemigo, la aguja que puede pincharte y a la que tanto temes, por eso debes aprender a caminar con tus zapatos, y dejar atrás esa sensación helada, que sólo sientes cuando recuerdas que no eres un ser inerte.  Y entre todo esto, no olvides colocar correctamente la armadura que te inmoviliza. Pero no te preocupes, tu rincón sigue ahí. Siempre estuvo en el mismo sitio, pero los años hicieron que te olvidaras de su existencia. Menos mal que te queda ese lugar, donde guardas todos tus tesoros; esos que conseguiste con tanto esfuerzo, esos que te recuerdan quienes somos realmente.

La puerta está abierta, y detrás de ella se esconde el abismo de lo desconocido, el culmen de la curiosidad, que te engaña cuando quiere. Planeas entrar, pero nadie te ha dicho que lo hagas, ni siquiera sabes ver cuál es la puerta que tienes que abrir. En tu cabeza, sólo hay una proyección en blanco y negro y eso no te gusta, porque te asusta. No te gusta la luz y tampoco la claridad. Es mucho mejor pasar desapercibido y caminar en la penumbra. Pero en el fondo, eso no es tan malo. Todos lo hacen, o al menos, eso dicen.

Ya sabes que a las diez de la mañana toca sonreír. Al principio, te costaba hacerlo, pero todo es cuestión de tiempo y al final, hasta has logrado que te salga natural. Cualquier persona que te vea, pensará que estás diciendo la verdad, que realmente te gusta que lleguen las diez de la mañana; pero no es verdad. Incluso creerán conocerte, pero se equivocarán.  No puedes engañarte, a ti no. La expresión del rostro es la mayor de las verdades y siempre te alcanza ese maestro, que sabe detectar anomalías en tu exquisita simbiosis.

Es complicado, pero no imposible. De nada puede servir ensayarla cada día, si cuando amanece hay que abrir el telón y dejarse llevar por la tormenta, o por la calima que te recorre. No hay que temer. Aún tienes muchos temporales que pasar y puede que en alguno, te alcance ese rayo que te quita el sueño. Sólo corre ahí fuera y ponte a saltar bajo la lluvia...

martes, 4 de junio de 2013

Acciones del día a día...

¿Por qué será que el ser humano es como es?, ¿por qué no nos ayudamos cuando tenemos que hacerlo?; ¿ por qué es más fácil pisar el cuello y buscar la asfixia del otro, antes que tenderle una mano?...

La verdad es que no tengo respuestas para ello. Sólo analizo. No soy ningún juez, no tengo ningún poder determinado pero observo y veo alrededor, acciones desorbitadas. Puede que hubiera algún día, en el que existió una coherencia, en el que el odio y la envidia no se hubieran personificado. Lo cierto es que ese día ya ha dejado de existir. Ahora son otros tiempos. Es tiempo de egoísmo, de ambición y parafernalia.

Hay tres reacciones/acciones que me parecen terroríficas y que tenemos que soportar a menudo. Son algunas de las respuestas del ser humano, ante determinados hechos. Una es la crítica. Y por supuesto, no me refiero, precisamente, a la constructiva. Otra es la envidia; "no me alegro de lo bueno que pase a mi alrededor porque lo mío tiene que ser, infinitamente mejor que lo del prójimo". Y la tercera cosa que me aterra es la competitividad. No sé si son estos los valores que priman en la actualidad, pero si son los más visibles. A menudo recibimos vídeos por el móvil, que nos conmueven el corazón, cuando alguien ayuda a otra persona, cuando un discapacitado alcanza alguna meta o cuando, en definitiva, se realiza una buena acción.

No sé por qué nos producen tanta ternura imágenes como éstas descritas, porque es lo que debemos estipular como normal. Sin embargo no es así. He visto, con mis propios ojos, como personas que, han tenido que pasar por la peor y más dolorosa de las experiencias, que puede vivir un ser humano, han levantado cabeza. Si, de repente, un día, después de derramar millones de lágrimas y de sentir un helado vacío, que sólo el tiempo puede curar, esas personas deciden que ha llegado la hora de seguir viviendo.

Visto así parece algo lógico, pero para muchas alimañas, no lo es. ¿ Será que hay quien disfruta de la infelicidad ajena?, o ¿ es una muestra más de que el egoísmo es el VALOR por excelencia de este siglo?...

Nos enseñaron que el vaso está medio lleno o medio vacío, pero yo soy de las que piensan, que está en el centro de ambas conjeturas.  Creo que uno conlleva al otro y en la vida, esto también ocurre. Creo que al caer, es necesario levantarse y además, es algo obligatorio que debemos hacer. Cada uno se levanta como cree conveniente y esto no debería ser un motivo de críticas, pero a menudo, lo es, porque  el ser humano suele juzgar todo aquello que no conoce.

La envidia es otro de esos pilares que parece imposible derribar. Tiene multitud de formas, pero casi siempre viene provocada por su antecesor, la ambición. Hemos llegado a un punto, frío y tenebroso, en el que nos cuesta diferencias una sonrisa verdadera, entre un sinfín de caras, cuando recibimos una buena noticia.  Sólo la encontraremos en algunas personas, pero no podemos esperar que todas nos regalen algo tan puro como es la verdadera alegría.

Y ya la peor de todas éstas, la competitividad. Esto ya es lo último. En este caso, este " valor" impera en el día a día. Nos hemos equivocado al percibirlo. Está bien que nos hayan enseñado a luchar por conseguir lo mejor en todo. Siempre tenemos que aspirar a labrarnos lo que creamos que es mejor para cada uno, y a trabajar por nuestros frutos. Pero esta definición ha ido sufriendo una metamorfosis, hasta el punto que hemos cambiado por completo su significado. Ahora habría que interpretarlo de otra forma, ya que son muchos los que lo practican, partiendo de otro punto de vista.  " Para conseguir lo mejor para mí, he de luchar contra el mundo y si es necesario pisotear a aquel que se encuentre en el mismo camino que yo, lo pisoteo".

Puede que parezca exagerado. Me he parado a reflexionar sobre estos detalles, porque me encanta observar a mi alrededor, y es algo que practico diariamente. A lo largo del tiempo,  he vislumbrado situaciones en las que había dos vertientes a elegir, y me he parado a pensar las facilidades que ofrece una y las dificultades de la otra. Evidentemente, esto no es siempre así. Tenemos la suerte de poder decir que todavía quedan resquicios de lo que sería un mundo mejor, en el aire. Podemos hacer un uso correcto de estos resquicios o incorrecto, pero eso es una elección que cada uno debemos tomar, libremente. Aún así, permitidme que os diga, que lo más difícil, siempre suele ir de la mano de lo más correcto...

viernes, 24 de mayo de 2013

Pasa la vida, pasa la vida...

El tiempo es algo inmaterial que se nos va de las manos. Es aquello que no existe, que no podemos dominar. Algo que sólo dura unos segundos, porque en un abrir y cerrar de ojos,se evapora. Y cuando quieres darte cuenta, ya sólo queda una mínima parte de él, en tu mente. Realmente, yo creo que su misión es hacernos recordar y sentir. Siempre nos hace sentir, puesto que nunca muere. Es lo único que no para a nuestro alrededor.  Lo perdemos todo, pero no podemos perder el tiempo. Ese falso mito es sólo una falacia. Nunca podemos ganarlo ni tampoco perderlo, puesto que sólo somos unos espectadores de su implacable paso. A  veces, me gustaría ganarlo, pero sé que es limitado y lo único que podemos hacer es aprovecharlo, porque no podemos ser dueños de algo que no nos pertenece.

Hoy, el cuerpo me pedía volver al pasado, necesitaba sentir que soy ajena a toda esa modernidad que nos rodea y que nos aleja tanto de esa esencia tan especial, que un día añoramos. Esta acción también es conocida como "desconectar". Y creo que, a todos nos viene bien hacerlo de vez en cuando. Entre mis recuerdos, nunca puede faltar un "Cruz de navajas", un "Perdido en mi habitación", "Aire" o " El 7 de septiembre". A veces, parece que ese tiempo ya no existe, pero sólo entonces,  escucho mis canciones de Mecano, y vuelvo a sentir esa montaña de sentimientos, que sólo puedo encontrar en la música de los 80. 

Son tantos y tantos momentos, escuchando esas letras e imaginando cómo sería el futuro, que, paradójicamente, cuando ese futuro se ha hecho presente, yo vuelvo al pasado. Sólo recuerdo cosas bonitas. Aún cierro los ojos y me parece que fue ayer cuando fui con una de mis grandes amigas a esperar a los chicos del musical a la puerta del hotel en el que se alojaban, para hacerles un reportaje para la facultad. Ya lo había visto muchas veces. En mi añorada Madrid y en Sevilla. Me sabía los diálogos de memoria, me emocionaba de lleno cada vez que me sentaba en esa vieja butaca del teatro y me dejaba llevar por esa historia ochentera. De repente, yo era una protagonista más y aunque sabía que lo que tenía delante de mi, eran actores, a mi me seguía embelesando. Recuerdo con cariño a Marco, una grandísima  persona, con la que tuve la suerte de pasar toda una tarde y descubrir que era, aún, mejor actor de lo que yo pensaba. Aunque eso es sólo una mínima parte de lo que supone para mi, cantar esas canciones.


Desde luego que, si estuviera en nuestras manos inventar alguna fórmula de parar o ganar tiempo, ya alguien lo habría hecho, desde hace muchos años. Pero parece que no vamos a estar en este mundo para descubrirla, así que lo mejor que se puede hacer es viajar a través de él. Yo lo hago siempre. Sobre todo cuando necesito sacar una sonrisa. Esto es inevitable en mi, porque como buena piscis, me paso la vida en ese otro mundo paralelo que creamos para desahogarnos.


 Yo me transporto encendiendo la radio, pero ya cada uno encontrará cuál es su medio. Es un viaje interesante porque no tengo hora de regreso y tampoco tengo que abrir la cartera, tan sólo hay que escuchar, en mi caso, todas esas letras. Está claro que no puedo adelantarlo ni pulsar el botón de stop, pero si puedo disfrutarlo, porque si de algo me he dado cuenta, por algunas circunstancias que me están rodeando, es que estamos aquí para eso. Bueno, yo hablo por mi. La verdad es que no sé qué pensaréis vosotros, pero creo que tenemos que disfrutar mientras podamos, porque para eso hemos venido. Y normalmente, esos momentos que tenemos que exprimir, parecen estar bastante claros, pero estamos tan inmersos en mirar el reloj, que no sabemos ya apreciarlos. Pero esta duda no es eterna, porque llega un día en el que te das cuenta de todos aquellos instantes que no has sabido reconocer. Para cuando eso ocurra, no hay un remedio exacto, pero si hay una posible reacción; que es mejorar el presente y no permitir que nos vuelva a pasar.


Y para eso,  me gustaría hacer una reflexión que, a menudo, no nos hacemos. Vivimos a tope, pero no demostramos. Muchas veces nos creemos que si, pero en realidad, no lo hacemos. Nunca es suficiente, porque siempre hay alguien cercano, que necesita una demostración por nuestra parte. Quedarse con las ganas de algo, es no haber vivido tu vida, sino una sombra de lo que la misma reflejaba.

Pastora Soler tiene una canción que a mi me encanta, porque tiene una letra sobrecogedora, que dice unas verdades universales. "Cuanto sentimos, cuanto no decimos, que a golpes pide salir, escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti". No hay que callarse nada, ninguna palabra está mal dicha, si al final se dice. Lo más importante que tenemos es la gente que nos quiere.

Es vital que demos ese cariño que hemos recibido y que es lo que le da sentido a nuestro yo personal. Sin eso no seríamos nada.  Es lo único que tendremos cuando nos llegue la hora de realizar ese viaje, para el que no podemos comprar el billete de vuelta. Así que yo, por mi parte, no se si lo haré bien o no, pero al menos, intentaré que aquel que me quiera, sepa que el sentimiento es recíproco, porque sólo así, el tiempo pasará más lentamente...

jueves, 2 de mayo de 2013

Reflexiones de cualquier noche

Hace tiempo que no escribía en mi blog personal. Supongo que los quehaceres diarios y un espléndido mes de abril en Sevilla, no me lo han permitido. Quizás también me ha faltado la inspiración necesaria para poder expresarme libremente, como a mi me gusta. Pero es en los momentos más inesperados cuando sientes esa necesidad de escribir. Y no hace falta tener un buen motivo o algo muy interesante que contar. Lo mejor de todo esto es que cualquier chorrada puede ser nuestra musa. El día que no encuentre una bonita historia en la más absurda de las cosas, empezaré a preguntarme qué está fallando.

Esta noche me apetecía hablar sobre cómo soy yo y cómo me siento, como periodista y persona. No sé si ambas cosas tienen que ir ligadas. Lo cierto es que siempre he escuchado que a cada uno nos pega una profesión y que no todos servimos para ejercer lo mismo. Yo siempre he sentido una fuerza en mi interior, una tensión constante, un impulso imparable, que me ha llevado a hablar por los codos, a preguntar y siempre querer saber más. Y no voy a ser tan "perfecta" como algunos compañeros periodistas, que se han pasado la vida recordando públicamente que ellos sólo han visto los documentales de la 2, para dejar claro cuáles son sus intereses en esta vida.  Puede que yo sea una oveja negra porque  he sentido esa sensación al ver un interesante documental o al tragarme un programa de entretenimiento o telebasura.

 La verdad es que nunca me he creído estas anécdotas, como tampoco me he creído la suerte que tenían algunos compis iluminados en un examen, cuando sacaban un diez, pero no habían estudiado nada, ya que lo leyeron un par de horas la noche antes y : "bum"; la materia entró en sus cerebros como obra del señor. Esto era un tema que me generaba diversas dudas y que sólo creía, cuando se trataba de alguien que fuera muy inteligente y que a mí me constara.

Pero bueno, no quiero desviarme, que estoy divagando demasiado. Supongo que será cierto que hay personas que sólo se preguntan por X cosas; pero yo nunca lo he comprendido. Porque es que realmente, a mi me interesa todo!!! quiero saberlo todo, quiero indagar, me gusta buscar donde no hay, porque siempre hay algo que desconocemos. Cuando oigo esa típica frase de : "no se puede buscar donde no hay", yo pienso: " ¿qué no hay?, eso lo dirás tú. Algo habrá". No podemos saberlo todo, por lo tanto, siempre nos quedarán cosas por conocer o descubrir. No somos muy conscientes de la belleza que tiene un signo de interrogación; el cual simboliza, una grandísima parte de mi persona.

Me gusta saber el por qué de todo, amo interrogar a la gente cuando me presentan a alguien, quiero buscar más allá cuando me dan una respuesta poco creíble, buscar informaciones macabras, personales, etc. Y siempre tendremos esa eterna lucha con el típico tonto que llega y te dice "cotilla". Y yo pienso: " ¿y? ; y si lo soy,¿ pasa algo?; ¿está reñido mi nivel cultural con mi curiosidad?, yo no lo creo.

Estoy muy orgullosa. Me aburro si no investigo, si no saco mis propias conclusiones, si no monto mi propia película mental sobre cualquier acontecimiento... es que es muy divertido.  Pero siempre aparecerá ese ser inepto que te llamará cotilla.

En esta vida hay dos grupos de personas; los que piensan que la curiosidad mató al gato, y los que creemos que, al menos, el gato murió sabiendo. Me gustaría aplaudir a todas esas personas que comparten conmigo esa curiosidad innata por todo y que, a menudo, buscan las respuestas que necesitan, ya sea en una investigación sobre una noticia importante, leyendo un libro, buscando y comparando informaciones en diversos medios, viendo programas telebasura, culturales, siendo espectador de Íker Jiménez o leyendo una revista de cotilleo. Porque mientras nos guíe ese signo de interrogación, habrá un motivo más para seguir siendo periodistas.


jueves, 4 de abril de 2013

Para los que no saben que Andalucía es única

Ha vuelto a pasar. Esta carga tan tópica nos persigue y no tenemos escapatoria alguna. Esta semana, en el programa " Así nos va", de la sexta, no se ha dudado en ofender a los sevillanos y en mofarse de nuestra cultura, que no sólo pertenece a Sevilla, sino a toda Andalucía.

Atónitos nos hemos quedado, cuando, sin esperarlo, hemos recibido todo tipo de críticas, por parte de un equipo de este programa, que asegura haberlo hecho sin intención alguna. Puede que sea hasta cierto; el problema es que ya son tantas las veces, que ya nadie se plantea que nos podamos sentir ofendidos.

"Todo vale". Como periodista, sé que estas dos palabras dirigen gran parte del periodismo y del show televisivo que tenemos en la actualidad. Sabemos que, como profesionales, no tenemos la libertad para decidir qué contenidos deben primar por encima de otros. Para eso están nuestros superiores o directivos, que son los que se encargan de maquinar qué deformación harán a los contenidos, para conseguir el incremento económico deseado. 

Ya no nos sorprende nada. Pero, permitidme que me moleste que, uno de los contenidos usados para llenarse los bolsillos, sea  haciendo mofas y humillando a una cultura. Por ahí no paso. Ni como sevillana ni como periodista. Seguramente me lo tendré que tragar, me guste o no. Pero nadie me va a cerrar la boca, ni mucho menos a frenar mis dedos. 

Los sevillanos y andaluces, estamos hartos de que se nos vea como a bufones, porque no lo somos. Para mi, el bufón es aquel que intenta ridiculizar una cultura como la nuestra, una tradición, una joya visual y monumental, para nosotros. Y por desgracia, parece que hay más de uno, más de dos y más de tres. Deduzco que cada vez que una cámara hace un reportaje en nuestra tierra, y saca a aquella persona que parece más indefensa, con menos cultura o con más sencillez, lo que hace es omitir una realidad y fomentar un estúpido y necio tópico, en el que se afirma que los andaluces somos unos vagos, unos catetos, unos incultos y unos fiesteros. 

Es que a ellos les hace mucha gracia aprovecharse de la bondad de estas personas, para que todo el país pueda reírse de los elegidos. Y yo me pregunto; ¿de verdad se creen que hacen gracia?; porque si se tiene un escaso mínimo de riqueza cultural, uno se da cuenta de que esa "broma" no es más que una humillación y falta de respeto. También me cuestiono por qué no harán lo mismo con personas del norte o con personas no andaluzas. O con sus allegados. Eso ya no les haría tanta gracia, ¿no?...

Respecto al reportaje que vi ayer, en el que un reportero cuestionaba nuestra devoción y se burlaba de ella, contesto que; la semana santa para nosotros es una fiesta sagrada. La esperamos todo el año. Aquí somos devotos los 365 días. Vivimos nuestra tradición con mucho sentimiento y con fé. Y desde luego, no hacemos daño a nadie. Acogemos ,con muchísimo gusto, a todo aquel que viene de fuera y quiere conocer nuestra idiosincrasia.  Si lloramos, estamos en todo nuestro derecho. Y para el que no lo entienda, nosotros tampoco entendemos muchas otras fiestas que se celebran en España,  pero las respetamos y no las tiramos por tierra. Quizás esa se otra de las características que nos definen. Nosotros respetamos. Nos reímos de nosotros mismos, pero cuando el fondo de la broma está hecho con buena intención. No somos imbéciles.

En Sevilla tenemos dos fiestas al año. Y lo más curioso de todo, es que, a pesar de las críticas que recibimos,  tienen que poner el triple de trenes, porque vienen visitantes desde todos los puntos de España, a compartir esos momentos con nosotros. Para mi, como sevillana, es un placer recibirlos y espero seguir haciéndolo siempre. Con lo cual, no entiendo por qué esa fijación y ese empeño por  machacarnos continuamente. Aquí no tenemos que hacer chistes malos, que sabemos que indignan a los demás, para hacer gracia. Aquí tenemos esa gracia innata y como tal, la manifestamos.

Nos ofendemos porque nos duele tener que dar explicaciones continuamente. Porque aquí hay los mismos vagos que en el resto de España y si nosotros tenemos estas dos fiestas, otras comunidades también las tienen y nadie hace hincapié en ello. Somos un público que siempre está dispuesto a colaborar, cuando se acerca una cámara de televisión. Lo hacemos con la amabilidad y alegría, que nos caracteriza y además, nos encanta. Pero vamos a ampliar un poquito el campo de visión. Que hay más personas, aparte de señores mayores. Aquí tenemos nuestras carreras, nuestros estudios y nuestros trabajos. Y a ver si nos enteramos que también tenemos nuestro dialecto, sí. Ese del que estamos orgullosos y también sirve de chiste nacional.

Creo que queda todo dicho. Pero, como periodista, me parece que ya es hora de que tomemos conciencia del hecho que supone ponernos delante de una cámara. Y ya que lo hacemos, creo que a veces, deberíamos plantearnos si todo contenido es lícito. Porque probablemente, muchos de los seguidores del programa que ha emitido este reportaje,( y de otros muchos que también lo han hecho previamente) se hayan sentido ofendidos. Y no olvidemos que la audiencia es la que nos hace grandes  y la que nos otorga el poder, ese poder que tanto hemos perseguido durante años, y que ahora que tenemos un "vago reflejo", parece no importar nada...