martes, 23 de julio de 2013

Dulce inquietud

La respuesta más acertada es aquella que no buscamos. El ser humano no es curioso por casualidad. Desde que tenemos la mente lúcida comenzamos a querer indagar en la nada, a hacer conjeturas inexistentes sobre nuestro fiel cometido en la tierra; vivir. Ya el refrán decía algo parecido: "la curiosidad mató al gato"; pero nadie nos dijo que los felinos fuéramos nosotros. El paso del tiempo nos contesta a cada una de nuestras preguntas y no hay que hacer grandes esfuerzos para leerlas. Hay quien sería capaz de todo por ampliar su trayectoria terrenal, pero pierden el tiempo. No hay nada mejor que un cuaderno repleto de páginas , completamente vacías, en las que podemos trazar diversas líneas. Todos tenemos ese cuaderno en blanco que va llenándose de letras, pero la nitidez no perdura eternamente.. En el mío hay una frase imborrable que dice: " la riqueza más ansiada es aquella que nos da el silencio del mañana"

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