miércoles, 10 de julio de 2013

Con todo mi amor, para mi Pierce Brosnan

Hay momentos en los que nos quedamos en blanco y no sabemos qué decir ni por dónde empezar. Pero en este caso, este no es uno de ellos. Yo tengo muy claro qué voy a decir y por dónde voy a empezar, y lo haré por tu mirada; esa que ilumina nuestros pensamientos y aquella que ha enamorado a todo aquel que se ha perdido en la inmensidad de tu luz. Y han sido muchas personas, claro que no me extraña, puesto que eras bello por dentro y hermoso por fuera. En días como éste, todo se hace largo, duro, cruel e inexplicable; por eso necesitaba decirte algo más, hacerte llegar mi sentimiento y ésta es la forma que he encontrado de hacerlo. No me preocupa el hecho de no poder leerte estas frases en persona, puesto que se que lo harás desde un lugar mucho mejor, en el que ya estás liberado, despreocupado y feliz.

Para los que te quisimos, será muy fácil entender todo lo que estoy diciendo y por eso te escribo estas palabras, porque quiero leerlas de vez en cuando y perderme entre ellas, vagar por la mente y capturar todos esos momentos que viví a tu lado, disfrutando de ti. Para serte sincera, estuve dudando entre escribirte o no, porque temo no estar a la altura de tu persona y yo quería describirte bien, para que todo aquel que no te haya conocido, sepa quién eras, cómo eras y comprendan lo afortunados que hemos sido los que si hemos podido hacerlo.

Recuerdo que cuando era pequeña te miraba y me quedaba embobada observándote. Te veía tan guapo, siempre tan elegante, con ese pelo engominado, esos ojos azules y esa talla de galán que te caracterizaba, que no podía parar de pensar " qué interesante es mi tío". Siempre hablabas sin parar y enseñabas algo nuevo a los tuyos. Escucharte hablar era un placer, derramabas cultura y sabiduría en cada una de tus  frases, además de experimentados consejos que habías vivido en primera persona.

Mi tío era una gran persona, un padrazo, un excelente hermano, hijo, compañero sentimental, primo, tío, sobrino, suegro y amigo. Nadie en su sano juicio podría decir una sola cosa mala de él, puesto que era querido por todos, un referente en su pueblo, y en definitiva, un triunfador. Trabajó mucho desde joven, y gracias a esa naturalidad que le caracterizaba, se ganó el cariño y el respeto de su pueblo. Pero eso no le hizo cambiar, ya que su generosidad es una de esas virtudes que lo han convertido para mi en un ejemplo. Todo lo que tenía era para los demás, y  el egoísmo era algo que nunca conoció. Ya desde pequeñito aprendió a cuidar de su hermana, y la protegió en cada momento. Luego lo hizo con su madre y después con su hijo, por el que lo dio todo, al igual que por su pareja.

 Supo disfrutar cada segundo al máximo y fue plenamente feliz.  Así me lo hizo saber hace poco; "sobrina, tu tío ha sido muy feliz y se ha sentido muy querido, que es muy importante". Y llevaba razón. Yo sé que fue muy feliz, porque siempre había dibujada una sonrisa en su rostro. No importaban las circunstancias, pero él tenía el don de poner al mal tiempo buena cara, porque jamás quería preocupar a nadie, y menos a su familia. Para él, lo primero era proteger a los suyos, alejarlos de todo problema y buscar soluciones para todo, hasta para aquellas cosas que nunca la tienen.

Para que os hagáis una idea, no sólo era bonito por dentro, ya que para mi, era guapísimo por fuera. Ya hubieran querido muchos galanes del cine parecerse en algo a él. Enamoraba por donde pasaba, porque además del físico, tenía una labia con la que derretía a toda fémina que se le acercara. Supo amar y dejarse querer, porque él era, como yo le decía "mi Pierce Brosnan"...

El retrato que quiero hacerte es de un ser luchador, que consiguió todo lo que tenía a base de esfuerzo y tesón. Jamás tiraste la toalla, puesto que esa opción para ti era un insulto. Gracias a tu lucha, hemos tenido el placer de disfrutarte hasta el final, de seguir aprendiendo de ti y vaya si lo hemos hecho... sin duda, tu entereza y ganas de vivir, son la mejor lección que nos has dado. No esperábamos menos de ti...

Gracias por haber formado parte de nuestras vidas, gracias por habernos contado tus anecdóticas historias que nos hacían reír a carcajadas y por aquellas otras que nos emocionaban, y en definitiva, por haber compartido con nosotros los buenos y malos ratos. Ha sido un lujo conocerte, quererte y escucharte. Sólo espero que el día que nos encontremos de nuevo, podamos volver a tomar un pastelito juntos y que tú hables y hables, mientras yo me maraville ante ti, como hacíamos cada tarde, desde hace un tiempo. Pero ya el escenario será distinto, y tú seguro que sigues tan guapo.

Te recordaremos cada día. Yo seguiré viéndote cada vez que esté con tu mejor regalo, tu hijo; ese en el que sembraste lo mejor de tu legado y al que enseñaste a coger al toro por los cuernos, a ser un García, como siempre decías.

Me quedo corta y seguramente, esto no está a tu altura, pero es un resumen de lo que he visto siempre en ti y lo escribo con la esperanza de que te llegue mi cariño.

Te quiere, " tu sobri".




No hay comentarios:

Publicar un comentario