domingo, 25 de enero de 2015

Caperucita Roja y el lobo en el 2015.

En esta vida hay dos tipos de personas, los que devoran y los que son devorados, así de simple y así de injusto. Uno intenta pensar que no, que es una exageración general, fruto de los desengaños que nos llevamos y de los palos que recibimos con el tiempo, pero, aunque la esperanza se niegue a aceptarlo, en el fondo todos sabemos que es así. 


No se trata de ser el que devora, sino de no parecer presa fácil, porque lo fácil no se valora, porque desde que tenemos uso de razón nos atrae lo complejo, lo inalcanzable, el lado turbio de la historia. Lo fácil pasa a un segundo plano, se olvida pronto, no nos preocupa, y lo que no preocupa pierde importancia.



Con el tiempo he aprendido, aunque no asimilado, que merece la pena pisar fuerte, aparentar hierro donde hay una coraza de algodón y ser repetitivo. Solo así nos libraremos de ser devorados por la sociedad, una egoísta sociedad que lucha a diario por captar depredadores sociales, individuos que traducen su paso por la vida en forma de números, beneficios y resultados, esos que están el podio de la cima y bucean por el subsuelo de la libertad, esos que triunfan.


No digo que seamos un témpano de hielo, digo que, alguna vez, lo aparentemos. Lo políticamente correcto no siempre es lo mejor, hay mentiras que han sido creadas para hacernos la vida más fácil y es que la verdad no siempre es acertada, ni la mentira siempre es un error del que arrepentirse.

Espero que, en algún momento, recordéis estas palabras y podáis aplicarlas al día a día. Ya nos lo decían desde pequeñitos, el lobo de Caperucita no era más que uno de tantos lobos que pasean a nuestro alrededor, con buena vestimenta, con la mejor sonrisa, que parecen salidos del horno de la dulzura y esperan, pacientemente, hasta que localizan una presa fácil para poder hincar el colmillo. Al final, esta fábula tiene un mensaje directo: el lobo no lo aparenta, pero en el fondo es cobarde, ya que su presa nunca será alguien de su especie, sino aquel que es auténtico, que no tiene intención de pelear ni competir, que va por su camino tranquilamente.

Por eso cuando os crucéis con un lobo, recordad que sus mayores debilidades se esconden bajo su propia coraza, y que cada vez que intente morder a su víctima, está demostrando lo indefenso e insignificante que se siente ante ésta.

Mucha suerte en la jungla amigos, id siempre con los ojos bien abiertos y que vuestro cuento tenga un final feliz...






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lunes, 12 de enero de 2015

Las mil caras que hay en mi



Nos pasamos la vida intentando conocer a los demás, queremos desnudar al otro, saberlo todo acerca de aquel que nos importa, nos gustaría poder mirar por una mirilla para conocer esas realidades que se nos escapan, pero se nos pasa el tiempo y no nos damos cuenta que primero tenemos que conocerlo todo sobre nosotros.
Yo no sé quién eres tú, y quizás tampoco sé quién soy yo, pero hay una cosa que he descubierto. No siempre soy la misma,voy cambiando, como un camaleón, dependiendo de las circunstancias, del día, de la noche, de mi estado anímico y de mis apetencias diarias.
Soy yo, esa misma persona que ayer te quería y hoy te odia, esa que un día lo tiene todo claro y al siguiente solo ve una mancha donde ayer tenía las ideas ordenadas. Soy yo, la que llora cuando ve una película y no derrama una lágrima cuando la come la ira. Soy yo, la que coge al toro por los cuernos cuando lo ve venir y la que, a veces, ha sido toreada en la plaza más inesperada.
Soy yo, la que es dulce y amarga a la vez, la que lo da todo a cambio de nada y la que espera de la nada un todo. Soy yo, la alocada soñadora que sueña despierta y la cruda imagen de la realidad cuando toca serlo. Soy yo, la que se come el mundo cada mañana, pero cuando se desata la tormenta se agarra al timón, esperando no perder el equilibrio.
Soy yo, la que ayer fui, la que hoy soy y la que seré mañana, soy la mujer de las mil caras, de todas y cada una de las caras que todos ponemos, de todos los “yo” que habitan en nuestro interior, de esos desconocidos que aparecen un día, en un momento determinado y nos enseñan una parte nuestra que nunca imaginamos.
Soy yo, alguien que se conoce cada día, que hace un esfuerzo por entenderse a sí misma en cada paso que da, alguien que se pone de acuerdo con todas las esencias que la forman y que disfruta de la experiencia de aceptarse y quererse.
No creas que en toda una vida tendrás suficiente tiempo para conocer al prójimo. Preocúpate de saber quién eres tú, cuáles son tus condiciones y qué hechos te han conducido hasta tu nuevo yo. Y cuando ya te conozcas, solo entonces, permítete juzgar al de al lado.
¿Estás de acuerdo?, Comparte esta reflexión!!



sábado, 10 de enero de 2015

Ser valiente y sincerarse con uno mismo



Una vez me dijeron "el valiente es aquel que no tiene miedo", pero se equivocaron. El valiente es aquel que asume tener miedo, para aprender de éste y a partir de ahí, seguir creciendo personalmente. Es valiente la persona que se enfrenta a sus temores para mejorar, porque sabe que tras ellos se esconden todos los éxitos.


Y con esta reflexión os deseo que la valentía se convierta en el nuevo propósito del 2015!!