lunes, 9 de septiembre de 2013

Cuando una piscis nada entre las aguas...

Cuando amas la vida y cada una de sus posibilidades, resulta difícil elegir el camino a seguir. Ese es mi gran defecto o quizás, mi gran virtud. Veo éxito en cada una de esas opciones que creamos con ilusión, que regamos con ahínco y que envolvemos de fantasía; una suma de elementos que nos llevan hasta ese lugar, al que queremos llegar, pero no sabemos.

A veces me pierdo entre mis ganas, confundo miles de ideas creativas con imaginación y ficción, tiño la realidad de deseo y yo me pregunto, ¿cómo ordenar tantos senderos?, ¿os resulta fácil a vosotros?...

Puede que no sea tan malo despertar y luchar por un propósito, pero, ¿qué ocurre cuando un fin se transforma en miles?, me pregunto si hay alguna fórmula secreta que nos descifre cuál es mejor que otro y el por qué. De nada me sirve engañarme, pensando que un día veré el mundo de una forma clara y concisa, pues se bien que para los peces como yo, todo es multiforme. Tal vez ese sea mi reto en la tierra, encontrar una estabilidad en la balanza, aprender a sopesar, a perder y a ganar, aunque no se si sabré hacerlo.

Admiro a esa gente que se conforma con aquella vida que les ha tocado, porque puede que ellos conozcan con mayor precisión en qué consiste la felicidad, y comprendan que ésta tiene múltiples formas de expansión, que va decorando cada circunstancia. Pero el inconformismo me puede, me consume, me agota. Tengo dudas que me oprimen y quisiera saber qué estoy buscando, pero mi ansiedad por matar los sueños y construir hechos, termina ganando esta interminable batalla.

No se si la valentía me acompañará en este viaje, pero mientras la suerte me conduce por un jardín de incertidumbre, yo seguiré diciendo a todo aquel que se cruce conmigo : "despertar de un sueño es morir en la guerra de la lucha, huir por el camino equivocado y enfrentarse a una cruda realidad, que habremos creado nosotros".


2 comentarios:

  1. A veces es complicado elegir un camino por el que seguir, porque sabemos que en ocasiones elegir implica muchos cambios y en determinadas circunstancias toca excluir a uno de ellos casi por completo. Para ti, como yo, que somos dos soñadoras, nos resulta más difícil aun si cabe, porque supone fijarnos en una sola dirección y da igual cuantas propuestas y sueños se nos ocurran para llevar a cabo el camino que nos hemos elegido, porque una vez que nos decidimos es prácticamente imposible cambiar de idea, aunque por supuesto, siempre nos quedará la idea de que habría sido si hubieras elegido la otra opción. No estoy de acuerdo contigo, cuando dices que admiras a aquellas personas que se conforman con lo que tienen, ser conformistas, supone dejar de soñar María, perder la noción del tiempo, enfrascados en una rutina que dura de sol a sol, es aburrido, y finalmente es triste, esas personas nunca sabrán si son felices plenamente, pues parece que nunca se hayan equivocado, la vida no es más que errores y en pequeñas ocasiones aciertos, que nos hacen reirnos de la noche a la mañana, y disfrutar de cada segundo como si fuera a ser el último. Los cambios son buenos en ocasiones! ;D sigue escribiendo y compartiendo tus inquietudes. X.O.X.O

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  2. Llevas toda la razón y yo también pienso como tú. Lo que ocurre es que, hay momentos en los que todo sería más fácil si aprendiera a bajar de esas nubes, en las que me encanta vivir, y pusiera los pies en la tierra. Y lo hago, pero es tan aburrido bajar a la realidad...
    Por supuesto que no quiero ser conformista, es más, lo odio, lo que quería puntualizar es que las personas conformistas son felices con lo que tienen. Yo también lo soy, pero nunca es suficiente, siempre quiero más, precisamente, porque no quiero estancarme en la conformidad. Un beso preciosa mia

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