jueves, 21 de marzo de 2013

El azar que construímos

Hay veces en la vida, en las que debemos saltar al vacío, liarnos la manta a la cabeza o simplemente, actuar sin pensarlo dos veces. A pesar de que parezca que vivimos envueltos en una rutina, ésta se puede romper fácilmente.Podemos vagar por la nada, esquivar la elección durante un tiempo, pero al final, sólo queda un camino  libre, el de elegir. Y acaba consumiéndote poco a poco, queramos o no.

Nunca me gustó tomar decisiones. Eso no es lo mío. La indecisión es ese gran monstruo que me ha acompañado siempre. Nunca he sabido controlarla. ¿Café o té?, ¿rioja o lambrusco?, ¿pasta o pizza?; ya en esos pequeños y absurdos detalles yo me pierdo.  Lo primero que se me viene a la cabeza es pedirme ambas cosas, pero luego, me doy cuenta de que sólo puedo tomar una. Pues bien, esta eterna duda yo la aplico a todos los campos de la vida. Abarcar mucho para no tener que hacerlo, no es la cuestión.

¡¡Es tan difícil elegir!!, ¿por qué hay que hacerlo?, siempre me he preguntado esto a mi misma. Es desagradable. Para mi, una eterna lucha. Un combate de boxeo, en el que no se jugar , pero, a veces, me sorprende el resultado. Muchas veces he ganado y otras tantas perdido, pero ¿ y qué?

Hace ya bastante tiempo que me di cuenta de que esta vida es pura elección. No paramos de elegir. Todo lo que nos rodea( o casi todo), es la suma de lo que, previamente, hemos hecho. A veces no nos damos cuenta y otras nos damos más de lo que quisiéramos. Pero no hay otra forma de continuar. Desde pequeñitos aprendemos a elegir. ¿Quién no ha deshojado una margarita para no sentirse responsable de una decisión?, o ¿ quién no ha echado a suertes el resultado, con una moneda?; y parecía que así acertábamos, pero las consecuencias eran fruto del azar, nunca nuestras.




Hay quienes creen en el destino; que todo está escrito, que todo pasa por alguna razón, o porque tiene que pasar. Esto no es sólo una creencia, puesto que hay personas que lo toman como un consuelo. Cuando sucede algo negativo, solemos refugiarnos en algunas de estas ideas y pensamos " bueno, seguro que ha pasado por alguna razón. Igual es mejor para mí".  Yo siempre he pertenecido a este primer grupo. No creo en las casualidades, cuando éstas se dan en repetidas ocasiones. Pero también hay quien piensa que la toma de decisiones de cada uno, es lo que construye  nuestro mundo.

Yo tengo un aliado para estas ocasiones. Cuando se me presentan varios caminos, suelo escoger aquel que me da buenas vibraciones. Ese que me transmite algo por alguna razón. No se si es el más adecuado, pero al menos es el que más me convence. Es lo que conocemos como pálpito o impulso. Esa es la mejor manera para los indecisos de jugar con las cartas que tenemos. Así nunca nos equivocaremos. No tendremos esa sensación de " sabía que me convenía más aquello, pero me equivoqué".

No hay que tener miedo a la equivocación o a vivir una aventura que, no es la tuya. Lo importante es que cuando se haga, siempre reine en nuestro interior un sentimiento de plenitud. Equivocarse puede llegar a ser el más suculento acierto de nuestra vida. Nadie ha visto nunca la forma que recubre al error, ni la apariencia del mismo. ¿Quién es el juez que los imputa?; yo creo que son sólo baldosas que hay que pisar y que le dan sentido a todo.

Puede que hoy sea uno de esos momentos en los que es inevitable comenzar a elegir vías y dejar tu asiento vacío, en algún tren. No se si debería, ni si es lo correcto, pero lo que si sé es que voy a seguir escuchando a mi instinto, y dejaré que sea él quien  me guíe  y me marque el sendero, ese salto,ese riesgo, que a todos nos produce un gran vértigo. Y si alguna vez me arrepiento de haberme arriesgado, será porque ya no poseeré todas mis facultades mentales en perfectas condiciones.


4 comentarios:

  1. A veces la mejor respuesta, se simplifica en hacer la preGunta correcta. En lugar de: ¿Porque hay que elegir?, pregúntate: ¿Que ocurriría si no pudiese elegir?.

    Tu vida dejaría de pertenecerte, serías la hoja del árbol que cae en otoño, sin control, sin frenos, sin ritmo. Mecidos y llevamos por el viento a su merced. En este punto, volvemos a plantear dos preguntas, pero solo hay una correcta: ¿Sería más cómodo?, o ¿Sería mejor?.

    Pienso que lo peor de las decisiones no es elegir la correcta o la incorrecta, es no hacer nada. A mi me encanta saber que pUedo elegir, saber que mis decisiones no solo me afectan a mí, sino que todo esta conectado. Este fenómeno es conocido como, el "Efecto Mariposa". Cuando pienso que al llegar a un semáforo que está en verde, y que al ponerse rojo debo parar, siento una sensación de angustia que se mezcla con una tremenda calma. Saber que por algo tan simple, toda una vida ha cambiado, da miedo y paz. Miedo por ver todo lo que escapa a nuestro control y paz, precisamente por ver todo lo que no es responsabilidad nuestra.

    Una sensAción que me invade a menudo, es la de ver como el camino delante de mí, se bifurca. Y lo único que puedo pensar, es que decida lo que decida, voy a equivocarme. Supongo que se debe a el afán de analizar las consecuencias, todavía no he aprendido que hay consecuencias que son imposibles de predecir o analizar.

    No es compatible tener miedo a la aventura, con vivir. Porque no hay una aventura mayor que la vida. Coincido contigo, en este baile, la música sonará mejor y más alto, si no tenemos constantemente en nuestra cabeza preguntas como: ¿Que habría pasado si...?, ¿Y si hubiese hecho...?.


    "No tratéis de guiar al que pretende elegir por sí su proPio camino". William Shakespeare


    Habrá baldosas que al pisarlas harán que todo tu mundo tiemble, habrá pasos que al darlos, hasta puede que marees, incluso habrá quienes se echarán las manos a la cabeza al ver que coloreas fueras de las líneas, pero. ¿Se te ocurre algo más divertido, que hacer justo lo que ni tu misma esperabas?.



    PD: Buenas reflexión, periodistA.

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  2. Llevas razón. Elegir es la mayor expresión de libertad que podamos tener. Yo siempre le doy vueltas a mis elecciones, pero creo que suelo acertar porque las tomo libremente, y escuchando a mi voz interior. Seguramente, como tú dices, sería más cómodo no elegir, pero a la vez, sería la muerte de nuestra esencia. Yo soy y seré lo que soy porque quiero equivocarme por mi misma, y disfrutar de esos errores, que a veces, pueden saber a gloria, y otras veces, a nada. Buen comentario, amigo anónimo ;) Es interesante poder conocer otro punto de vista; otra visión del vaso, desde un ángulo desconocido.

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  3. Respuestas
    1. Gracias Milú. Siempre fuiste un perro muy bueno. Espero que lo estés pasando bien, donde quiera que estés ;)

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