viernes, 18 de julio de 2014

Vacaciones en familia: cómo no morir en el intento...




Empiezan las vacaciones y con ellas, para muchas familias, empiezan los problemas. Y es que no todo el mundo puede disfrutar de unas vacaciones de ensueño, para muchos, empieza la pesadilla. Porque lejos de poder descansar, relajarse o irse lejos y desconectar del mundo, hay quienes tienen que pasar estos días con esa familia política que, a veces, se atraviesa para algunos desafortunados.

Las casas de verano suelen ser con familias al completo y ahí es donde está el problema, que si la infatigable suegra , el cuñado de turno, la prima que nadie aguanta o los sobrinos que sólo saben gritar a la hora de la siesta. Y está claro que con este panorama, uno desea volver a la rutina, pero de nada sirve cargarse de estrés y no aprovechar una ocasión ideal para pasarlo bien y disfrutar con aquellos con los que si nos apetece pasar unos días diferentes.

Hasta para estas situaciones, es importante el protocolo, de hecho, creo que es vital, porque debemos seguir unas normas, si no queremos fastidiarlo todo y volver al trabajo peor de lo que nos fuimos. Lo primero que tenemos que hacer es mentalizarnos de la importancia que tiene cultivar la paciencia. Esto es un consejo que debemos seguir, porque de él puede depender el camino que tomen los acontecimientos. No entrar en discusiones ni en polémicas puede ser el mejor de los aciertos, intentando siempre estar en un segundo plano y manejar la sartén por el mango. Si no entramos en provocaciones, no entraremos al trapo, que es de lo que se trata. Sí, sabemos que resulta difícil, cuando la convivencia no es del todo agradable, pero se puede. Lo más importante es pensar que sólo serán unos días y no podemos permitir que crispen nuestros nervios. Nosotros en nuestro sitio.

Otro detalle importante es la conversación previa que tenemos que tener con nuestra pareja, lo cual significa que, si viajas en familia al completo, tenéis que sellar previamente vuestros ratos de intimidad. Cumplir con la familia está bien, pero las hay tan pesadas e intensas que pueden terminar por tener un gran peso en nuestra relación y eso es lo que tenemos que evitar a toda costa. Es natural que  haya situaciones en las que haya que cumplir o no podamos evitar, pero de ahí a pasar todo el verano cargando con todos los miembros al completo, hay un abismo. De eso nada. Si vais en pareja, hay que buscar tiempo para estar solos, para dar un paseo por la playa, para ir a tomar algo, para ir a cenar juntos, porque no podemos perder la cabeza y siempre hay que recordar que hemos elegido a la otra persona, no a toda su rama sanguínea. Si delimitamos estos puntos, de entrada, puede ser mucho más fácil convivir con más gente, sobre todo, si nuestra pareja ya está al corriente de nuestra opinión sobre nuestras “vacaciones”.

La suegra, ese ser con opinión. Sí, lo sabemos, ellas siempre saben de todo y siempre tienen algo que opinar, pero no podemos dejar que nos afecte, lo mejor es prestarles atención y aplaudir sus propuestas, siempre sin asegurar que vayamos a cumplirlas. Estos días en los que las familias se reúnen, muchas suegras del mundo aprovechan la ocasión para intentar apropiarse de los hijos, es como un volver al pasado para ellas. Esto suele pasar, no es nada grave, pero en este caso son los hijos los que tienen que poner una barrera para no desesperar a la pareja. Escuchar y afirmar suele ser la mejor respuesta en la mayoría de los casos, así terminamos antes y nos ahorramos un culebrón. Se llama técnica del sí pero no, que ellas crean que sí y nosotros hacemos el no.

Planear con la pareja  actividades sin comentarlo en público. Esta puede ser una buena opción para escaparnos de la casa, sin que nadie se apunte al plan y sin tener que dar demasiadas explicaciones. Por supuesto, hay que matizar que estamos dando indicaciones para aquellos que se encuentren con familias insufribles, que si el caso es todo el contrario, pues ala, a disfrutar todos juntos. Si no es tu situación, ésta puede ser otra solución a tus problemas. Planea actividades cada vez que puedas, y hazlo sólo con tu pareja. Lo ideal es planear el día fuera, ya sea en la playa, o visitando algún lugar, etc. Si se sale temprano, mucho mejor. Y si están todos dormidos, mejor aún. Se deja una notita y se toma rumbo al nuevo destino.

Ser impulsivo en estos casos, no siempre es bueno. Hay que pensar dos veces, aunque lo que tú quisieras fuera contestar un improperio, sabemos que no es buena idea. Hay que aprender a morderse la lengua, total, si lo hacemos a diario, en miles de situaciones, qué más da probar una vez más… además, probablemente, decir lo que piensas caiga en saco roto, así que no merece la pena hacerlo. Sé inteligente y sopesa tu respuesta.

Recordad. No hay pasos exactos pero lo más importante es: paciencia, no entrar al trapo, pensar las respuestas antes de darlas, buscar nuestra parcela de intimidad, hablar con la pareja previamente sobre el enfoque que queremos dar a las vacaciones, hacer la táctica del “sí pero no” con la suegra, cuñado o primo molesto y planear actividades lúdicas en pareja y sin decir nada. Esto no asegurará el verano de vuestra vida, pero al menos ayudará a que no sea “el verano” . Sigue estos consejos  y recuerda la frase que dice un proverbio persa: “La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces”…







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