jueves, 17 de julio de 2014

Hace ya un año...


Hace ya un año que te mudaste a tu nuevo hogar, a una nueva dimensión, muy lejos del mundo en el que te conocimos. Tu ausencia dejó un gran vacío en la familia, pero el reloj no se detuvo y la vida siguió con sus alegrías y sus pesares. Espero que allí seas alguien muy importante, como lo eras aquí para tantos. 

En la tierra, seguimos recordando ese mensaje que sólo un luchador como tú, podría haber dictado. No sé si lucharemos contra los obstáculos con tu entereza y fuerza, pero desde luego, tu ejemplo fue toda una lección de vida, una muestra más de la generosidad que te caracterizaba. Por si fuera cierto ese rumor que afirma que en tu mundo y en el mío, existen las conexiones extrasensoriales, aprovecho para dirigirme a ti y te doy las gracias por haberme visitado en algún sueño y haber alumbrado alguna que otra noche, porque como tú me dijiste una vez, mientras dormía; nunca te fuiste, porque siempre has estado aquí . Y creo que llevas razón, sigues aquí, porque tu luz del ayer sigue brillando en el presente. Espero que vaya bien por allí arriba.

 Tu sobri.

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