miércoles, 23 de abril de 2014

Para siempre entre páginas...





Si lo material no muere, si las palabras que se dicen no se pueden borrar, y lo escrito, escrito queda, García Márquez aún no se ha ido. Y puede que nunca lo haga. Siempre habrá un lector que lo haga renacer cada vez que recuerde aquella vez que leyó Cien años de soledad, siempre habrá un suspiro que se perderá cuando llegue ese momento de cerrar un libro suyo, de analizar esa moraleja que siempre nos atrapa cuando entendemos el verdadero sentido de la literatura, esa conclusión final que, sin apenas percibirlo, ha tomado muchas de las decisiones más importantes de nuestra vida. Habrá quién recuerde esa obra que le ayudó a dar el salto que su yo pedía a gritos, ese escritor oculto que todos llevamos dentro, y que en silencio le admira y toma como inspiración, ese aprendiz que encuentre ese estilo que lo convierta en único, y en definitiva, siempre tendremos su riqueza expresiva, esa forma en la que las palabras no se unen, se fusionan, dando sentido a un cúmulo de frases, que todos necesitamos, pero no siempre encontramos.

He leído un artículo que recoge alguna de sus frases más célebres, y es que entre tanto texto, se pierden auténticas maravillas,vocablos, bañados de morfología, que disfrazan ese eterno anhelo que todos buscamos como locos cuando empezamos un libro, el aprendizaje. Algo básico que nunca dejamos de perseguir, esa fuerza que volvemos a aplicar en cada acto, en cada decisión, en cada paso que nos queda por dar.

Todos tenemos derecho a encontrar esa coherencia sintáctica que marque nuestro presente y dibuje nuestro futuro, y a veces no somos capaces de llegar hasta ella, pero todo buen libro oculta un mensaje para cada persona, un aliciente que renueva los sueños y devuelve la ilusión, un halo de magia que deberíamos conservar en la biblioteca del alma.

Aquí he reunido algunas de esas pequeñas o grandes dosis de sabiduría, que nos ha dado su literatura, el resultado de toda una vida dedicada a la belleza expresiva, a la riqueza de la lengua y al placer del desahogo,que sólo sentimos cuando hay lectores dispuestos a encontrar su verdadera historia entre nuestras palabras.

"Me alquilo para soñar. En realidad, era su único oficio".

"La vida no es lo que uno vivió, sino lo que recuerda y cómo lo recuerda para contarla".

"Lárgate y no te dejes ver nunca más en los años que te queden de vida...espero que sean muy pocos".

"Aprovecha ahora que eres joven para sufrir todo lo que puedas, que estas cosas no duran toda la vida".

"Así se reanudó una amistad prohibida, que por lo menos una vez se pareció al amor".

"El amor es eterno, mientras dura".

"Lo único que me duele de morir, es que no sea de amor".

"La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y simplifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado".

" El afán de querer olvidarte es mi mayor ímpetu para recordarte".

"Ningún lugar en la vida es tan triste como una cama vacía".

"El escritor escribe su libro para explicarse a si mismo lo que no se puede explicar".

...


No hay comentarios:

Publicar un comentario