martes, 4 de marzo de 2014

El peso de ser un talento anónimo

Hoy he destinado parte del día a observar a mi alrededor. He querido pararme a comprobar, sin ningún tipo de prisa, todo el talento desperdiciado que tengo al alcance de mi mano, y la verdad es que el resultado ha sido sobrecogedor. Ya intuía algo, porque soy de esas personas que piensan que hay un genio dentro de cada uno de nosotros, pero no siempre sabemos potenciarlo o sacarle el brillo necesario.

Entre la lista de seleccionados me encontré de todo. Desde escritores a  creadores, diseñadoras, pintoras, estilistas, cantantes, actores, periodistas, modelos, y así una larga lista que sólo podría deprimirnos más de lo que ya estamos. Por supuesto, ni que decir tiene, que de toda esta gente, hay algunos que tienen trabajos con sueldos jocosos, y otros que ni siquiera han tenido una oportunidad y andan buscándola desesperadamente.

Comenzaré por un claro ejemplo: los periodistas. Elijo este gremio porque creo que es uno de los más salpicados por la crisis y un reflejo del intrusismo que nos domina. Si, porque sabemos qué significa "intrusismo" y seguro que más de uno se ha cruzado con algún "intruso" en algún momento puntual de su carrera. Resulta que aquellos que han cursado unos estudios universitarios, y cultivado una preparación, no tienen sitio en la pequeña pantalla de este país. Claro que no, porque siempre están los veteranos en paro, los hijos de los veteranos en paro, los amigos de los hijos de los veteranos en paro, y así sucesivamente, podíamos estar aquí hasta mañana. Da igual que seas un máquina, que destaques por tus cualidades profesionales o que seas una belleza de infarto, porque lo importante es que el enchufado cobre aquello que otros no pueden oler ni de lejos.

Hoy, he conocido la noticia de que otra joven, totalmente alejada del mundo periodístico, va a ser colaboradora en un programa de televisión, ocupando un puesto como tal en la pequeña pantalla. No es que tenga nada en contra de esta chica, ni de nadie, pero me pregunto cómo es posible que llenemos los programas de televisión de personas que no han pasado por la facultad correspondiente. Porque si yo quiero ser ingeniera y no he estudiado Ingeniería, no puedo. Ni tampoco puedo ser maestra, porque no he estudiado Magisterio, he estudiado Periodismo. Pero aquí sí, en esta profesión si. Mientras más intrusismo, mejor para las audiencias, para aumentar la cifra de parados, etcétera. Y además, mientras más intrusismo haya, más contentos parece que estamos todos. Es el cuento de nunca acabar. 

Lo que yo me pregunto es cómo es posible que estemos permitiendo esto. Cómo se puede entender que traguemos con esta barbaridad y  agachemos la cabeza, mientras asimilamos que la vida es muy injusta y no estamos en nuestro lugar. Luego, los espectadores se quejarán de que las informaciones que se dan no son veraces, porque eso es otro dato, siempre hay que aceptar las críticas, pero con los pocos periodistas que ejercemos, como nos gustaría, poco más podemos hacer por el mundo.

Pero bueno, como quiero ir más allá, ahora voy a hablaros del caso de una conocida, la cual es, además de polifacética, artista. Estudió bellas artes y lleva años trabajando en cualquier cosa, menos en lo que es su verdadera pasión. Si tengo que definir a alguien como artista, sin duda pienso en ella, porque es que lo mismo te pinta un cuadro, que ni el mismísimo Picasso, que te hace un tocado artesano para una boda o restaura un viejo objeto, de esos que purulan sin sentido por los rincones de cada casa, y lo convierte en un elemento decorativo de diseño, que no lo encuentras en ninguna tienda de moda. Y ahí está ella, resignada a no ser, de momento, una artista reconocida, viendo cómo crecen algunos "tocados por la varita mágica de la gracia divina", que no tienen ni la mitad del talento que ella. Duele pero qué se le va a hacer... 

Por otro lado, también puedo hablaros de los actores. Este tema es muy interesante, puesto que conozco muchos y muy buenos. Aquí el intrusismo, el hijo de, nieto de, primo de, amigo de, y millones de etcéteras más, también mandan. En este caso podemos hablar de una continua lucha por estar arriba, por destacar, por respirar entre tanto agraciado y otros vocablos terminados en "ado". Hay tantos actores buenos en España, completamente desconocidos, que pasean sus innatas cualidades por cafés, microteatros o representaciones en cumpleaños o comuniones, que ya uno se pregunta por qué eligió esa profesión y con qué objetivo. Eso por no hablar de grandes actores que lo han dado todo en la pequeña y gran pantalla, que un día han estado en la cúspide y otro en sus casas, esperando a que alguien recuerde quiénes son ellos y así mostrar todo ese talento contenido/interrumpido, que tienen para dar a su público.

Y dicho esto, voy a quedarme aquí, porque no quiero que este artículo se convierta en una razón más para desmoralizarnos, sólo quisiera que si llega a alguna mano pudiente, ésta se piense dos veces a quién le regala un trabajo, porque como he leído hoy, éste es un derecho y no un obsequio, y hay que sudarlo y ganárselo. Que antes de firmar un contrato, se tenga en cuenta el talento de esa persona que va a estampar su firma en el papel  y se busque lo mejor en cada una de ellas. Quizás si se tuvieran en cuenta otros parámetros,a la hora de formar los equipos de trabajo, las colas del paro no serían tan interminables, porque sencillamente, todo el mundo estaría en su sitio, y ocupando la silla que le pertenece.

4 comentarios:

  1. Algun dia hablaremos de esto en pasado y nunca mejor dicho. Sencillamente eres un genio.

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  2. Muchas gracias por tus palabras. Ya quisiera yo ser un genio. Me conformo con que me dejen ocupar un sitio, por el que tanto he luchado y sigo haciéndolo. No necesito más, y ojalá que pudiera extender estas palabras a tanta gente que hay tan necesitada y ansiosa por conseguir un objetivo. Un saludo!!

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  3. Tienes mucha razón, el intrusismo se da cada vez más en la mayoría de las carreras, personas que sin oficio ni beneficio, que no saben lo que es "sudar" por conseguir sus objetivos, son cada vez más destacados en sus negocios. A mi mas que desmoralizante me resulta preocupante. En un mundo donde se nos vende que no existen barreras, que estamos metidos hasta el fondo ese eterno dilema que es la globalización, resulta que no podemos ni ver las noticias, porque carecen de credibilidad. Los enchufados son la gran lacra de esta sociedad y es que por poco que nos gusten, a los que no tenemos esa posibilidad, dicho sea de paso, porque ellos están evidentemente contentísimos, cada vez se impone más quien eres que para lo que realmente sirves.

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  4. Pues si, porque no sólo estamos inmersos en una crisis económica, sino también moral. La falta de valores es la gran reina en esta sociedad, y aunque todavía quedan muchos que no han caído en las redes del capitalismo, resulta difícil luchar contra una estela de intereses que se nos escapan de las manos.Somos las grandes víctimas del poder, ese poder superior que nos maneja como si fuéramos las fichas de un tablero de ajedrez. Por nuestro propio bien, espero que esto cambie,,,

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