El tiempo es algo inmaterial que se nos va de las manos. Es aquello que no existe, que no podemos dominar. Algo que sólo dura unos segundos, porque en un abrir y cerrar de ojos,se evapora. Y cuando quieres darte cuenta, ya sólo queda una mínima parte de él, en tu mente. Realmente, yo creo que su misión es hacernos recordar y sentir. Siempre nos hace sentir, puesto que nunca muere. Es lo único que no para a nuestro alrededor. Lo perdemos todo, pero no podemos perder el tiempo. Ese falso mito es sólo una falacia. Nunca podemos ganarlo ni tampoco perderlo, puesto que sólo somos unos espectadores de su implacable paso. A veces, me gustaría ganarlo, pero sé que es limitado y lo único que podemos hacer es aprovecharlo, porque no podemos ser dueños de algo que no nos pertenece.
Hoy, el cuerpo me pedía volver al pasado, necesitaba sentir que soy ajena a toda esa modernidad que nos rodea y que nos aleja tanto de esa esencia tan especial, que un día añoramos. Esta acción también es conocida como "desconectar". Y creo que, a todos nos viene bien hacerlo de vez en cuando. Entre mis recuerdos, nunca puede faltar un "Cruz de navajas", un "Perdido en mi habitación", "Aire" o " El 7 de septiembre". A veces, parece que ese tiempo ya no existe, pero sólo entonces, escucho mis canciones de Mecano, y vuelvo a sentir esa montaña de sentimientos, que sólo puedo encontrar en la música de los 80.
Son tantos y tantos momentos, escuchando esas letras e imaginando cómo sería el futuro, que, paradójicamente, cuando ese futuro se ha hecho presente, yo vuelvo al pasado. Sólo recuerdo cosas bonitas. Aún cierro los ojos y me parece que fue ayer cuando fui con una de mis grandes amigas a esperar a los chicos del musical a la puerta del hotel en el que se alojaban, para hacerles un reportaje para la facultad. Ya lo había visto muchas veces. En mi añorada Madrid y en Sevilla. Me sabía los diálogos de memoria, me emocionaba de lleno cada vez que me sentaba en esa vieja butaca del teatro y me dejaba llevar por esa historia ochentera. De repente, yo era una protagonista más y aunque sabía que lo que tenía delante de mi, eran actores, a mi me seguía embelesando. Recuerdo con cariño a Marco, una grandísima persona, con la que tuve la suerte de pasar toda una tarde y descubrir que era, aún, mejor actor de lo que yo pensaba. Aunque eso es sólo una mínima parte de lo que supone para mi, cantar esas canciones.
Desde luego que, si estuviera en nuestras manos inventar alguna fórmula de parar o ganar tiempo, ya alguien lo habría hecho, desde hace muchos años. Pero parece que no vamos a estar en este mundo para descubrirla, así que lo mejor que se puede hacer es viajar a través de él. Yo lo hago siempre. Sobre todo cuando necesito sacar una sonrisa. Esto es inevitable en mi, porque como buena piscis, me paso la vida en ese otro mundo paralelo que creamos para desahogarnos.
Yo me transporto encendiendo la radio, pero ya cada uno encontrará cuál es su medio. Es un viaje interesante porque no tengo hora de regreso y tampoco tengo que abrir la cartera, tan sólo hay que escuchar, en mi caso, todas esas letras. Está claro que no puedo adelantarlo ni pulsar el botón de stop, pero si puedo disfrutarlo, porque si de algo me he dado cuenta, por algunas circunstancias que me están rodeando, es que estamos aquí para eso. Bueno, yo hablo por mi. La verdad es que no sé qué pensaréis vosotros, pero creo que tenemos que disfrutar mientras podamos, porque para eso hemos venido. Y normalmente, esos momentos que tenemos que exprimir, parecen estar bastante claros, pero estamos tan inmersos en mirar el reloj, que no sabemos ya apreciarlos. Pero esta duda no es eterna, porque llega un día en el que te das cuenta de todos aquellos instantes que no has sabido reconocer. Para cuando eso ocurra, no hay un remedio exacto, pero si hay una posible reacción; que es mejorar el presente y no permitir que nos vuelva a pasar.
Yo me transporto encendiendo la radio, pero ya cada uno encontrará cuál es su medio. Es un viaje interesante porque no tengo hora de regreso y tampoco tengo que abrir la cartera, tan sólo hay que escuchar, en mi caso, todas esas letras. Está claro que no puedo adelantarlo ni pulsar el botón de stop, pero si puedo disfrutarlo, porque si de algo me he dado cuenta, por algunas circunstancias que me están rodeando, es que estamos aquí para eso. Bueno, yo hablo por mi. La verdad es que no sé qué pensaréis vosotros, pero creo que tenemos que disfrutar mientras podamos, porque para eso hemos venido. Y normalmente, esos momentos que tenemos que exprimir, parecen estar bastante claros, pero estamos tan inmersos en mirar el reloj, que no sabemos ya apreciarlos. Pero esta duda no es eterna, porque llega un día en el que te das cuenta de todos aquellos instantes que no has sabido reconocer. Para cuando eso ocurra, no hay un remedio exacto, pero si hay una posible reacción; que es mejorar el presente y no permitir que nos vuelva a pasar.
Y para eso, me gustaría hacer una reflexión que, a menudo, no nos hacemos. Vivimos a tope, pero no demostramos. Muchas veces nos creemos que si, pero en realidad, no lo hacemos. Nunca es suficiente, porque siempre hay alguien cercano, que necesita una demostración por nuestra parte. Quedarse con las ganas de algo, es no haber vivido tu vida, sino una sombra de lo que la misma reflejaba.
Pastora Soler tiene una canción que a mi me encanta, porque tiene una letra sobrecogedora, que dice unas verdades universales. "Cuanto sentimos, cuanto no decimos, que a golpes pide salir, escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti". No hay que callarse nada, ninguna palabra está mal dicha, si al final se dice. Lo más importante que tenemos es la gente que nos quiere.
Es vital que demos ese cariño que hemos recibido y que es lo que le da sentido a nuestro yo personal. Sin eso no seríamos nada. Es lo único que tendremos cuando nos llegue la hora de realizar ese viaje, para el que no podemos comprar el billete de vuelta. Así que yo, por mi parte, no se si lo haré bien o no, pero al menos, intentaré que aquel que me quiera, sepa que el sentimiento es recíproco, porque sólo así, el tiempo pasará más lentamente...
Pastora Soler tiene una canción que a mi me encanta, porque tiene una letra sobrecogedora, que dice unas verdades universales. "Cuanto sentimos, cuanto no decimos, que a golpes pide salir, escúchame antes que sea tarde, antes que el tiempo me aparte de ti". No hay que callarse nada, ninguna palabra está mal dicha, si al final se dice. Lo más importante que tenemos es la gente que nos quiere.
Es vital que demos ese cariño que hemos recibido y que es lo que le da sentido a nuestro yo personal. Sin eso no seríamos nada. Es lo único que tendremos cuando nos llegue la hora de realizar ese viaje, para el que no podemos comprar el billete de vuelta. Así que yo, por mi parte, no se si lo haré bien o no, pero al menos, intentaré que aquel que me quiera, sepa que el sentimiento es recíproco, porque sólo así, el tiempo pasará más lentamente...